MURCIA. Durante la conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP28) la mayor parte de las democracias occidentales han firmado un acuerdo para incrementar la producción de energía nuclear hasta el año 2050, ya que con las tecnologías actuales es la única forma de garantizar un suministro continuo y a un coste que permita asegurar el desarrollo económico y el bienestar de la población.
De los países más importantes del mundo tan solo España y Alemania no han suscrito ese acuerdo a pesar de su gran dependencia exterior en materia energética. Alemania tuvo que reabrir sus centrales térmicas de carbón (las más contaminantes) por el cierre de suministro del gas de Rusia; mientras que en España se dispararon los precios de los combustibles y está desmantelando las escasas centrales nucleares existentes.
"Naciones Unidas admite que la nuclear, junto a la hidráulica, es clave para reducir las emisiones"
Francia aprobó un ambicioso plan para incrementar el número de centrales nucleares con el objetivo de garantizar el suministro energético y su competitividad, incluso ha conseguido que la agenda verde de la Unión Europea contemple como sostenibles y financiables estas inversiones.
Incluso en Alemania ya hay voces muy autorizadas que están incorporando al debate político la necesidad de recuperar la producción de energía nuclear para poder garantizar el abastecimiento y reducir la dependencia del exterior de manera que se asegure el bienestar de la población y la productividad del país.
En la actualidad más del 80% de la energía del mundo es de origen fósil y con las actuales tecnologías no se puede eliminar su uso sin renunciar al progreso. Por ello se plantea la energía nuclear como una alternativa a la fósil, ya que es una fuente insignificante de emisiones y por tanto una de las mejores soluciones junto a las renovables.
Según la Agencia Internacional de la Energía, en los últimos 50 años, el uso de la energía nuclear ha evitado la emisión de más de 73 gigatoneladas de dióxido de carbono adicionales en el mundo. Además, frente a la solar o la eólica, asegura un suministro energético estable de manera continua todos los días y horas del año. Por ello, Naciones Unidas admite que la energía nuclear, junto con la hidráulica, es fundamental para reducir las emisiones y afrontar la crisis climática.
España, con la decisión de apartarse de la estrategia energética de las principales democracias mundiales, corre un grave riesgo de reducir su competitividad e incrementar su dependencia exterior con el impacto en el precio de los productos básicos.
Una adecuada política energética que contemple potenciar aquellas de menor impacto ambiental como la solar, eólica, hidráulica y nuclear en detrimento de las fósiles (petróleo y gas) permite alcanzar la independencia energética y mitigar su impacto sobre el clima.
La UE ha optado por contemplar como verde la energía nuclear para disminuir su dependencia de otros países y por tanto hacer frente a posibles desabastecimientos. Entiende que producir una energía poco contaminante y económica en su territorio va a ayudar a mantener la competitividad de sus sectores productivos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Si la UE y los países más desarrollados optan por potenciar la energía nuclear habría que preguntarse ¿Por qué ese empeño en cerrar y desmantelar centrales nucleares cuando en el resto de Europa se construyen? No es el momento de quedar aislados del progreso.
Miguel Ángel Cámara Botía