Mayte Marín y Guiomar Sánchez, emprendedoras de la Región.
MURCIA. El ecosistema emprendedor de la Región cada vez cuenta con más talento femenino. Poco a poco las mujeres se alejan del estereotipo que las vincula a los puestos considerados "seguros" y se sienten más cómodas con el riesgo que supone iniciar su propio negocio. "Tenemos que perder el miedo a emprender, hay que romper el estereotipo de que no debemos arriesgar", comenta Guiomar Sánchez, la empresaria cartagenera que fundó BioProcesia en 2021.
Sánchez forma parte de una larga lista de mujeres en la Región que han decidido crear un proyecto empresarial y que va en aumento, según el informe ‘GEM 2022-2023’, elaborado por la UMU y la Consejería de Economía. El estudio revela que las ganas de emprender de las mujeres en la Región han aumentado en los últimos años y se ha logrado una reducción de la brecha de género.
A pesar de que la presencia femenina en el ámbito del emprendimiento ha aumentado, la paridad es un objetivo que aún no se ha alcanzado. Al menos, así lo considera Mayte Marín, fundadora de BRAVA Kombucha, que lamenta en conversaciones con Murcia Plaza que faltan mujeres en las que inspirarse: "Es un mundo lleno de energías masculinas".
Lo mismo le sucedió a la cofundadora y CEO de BioProcesia, Guiomar Sánchez, al encontrar que la financiación de su proyecto provenía mayoritariamente de hombres. Su startup, basada en el desarrollo de tecnologías sostenibles para la industria ganadera, opera en un sector con mayor presencia masculina y, aunque se siente bien acogida, considera que "hacen falta más mujeres".
La parte positiva para la investigadora es que, gracias a ser minoría, las emprendedoras se ayudan entre ellas y se crea un "ecosistema de mujeres" que tienen los mismos problemas y las mismas inquietudes. De hecho, Marín ha creado un grupo para mujeres que quieren emprender en el que tratan desde un punto de vista femenino la innovación empresarial.
La dificultad que tienen ellas para acceder a este mundo, según Sánchez, se debe a un factor generacional y de educación, pues considera que se les ha educado para trabajar en puestos más seguros que a los hombres. Es cierto que cada vez existen más ayudas y programas de formación, pero "el objetivo es que estos apoyos desaparezcan y que no sean necesarios para que haya igualdad para emprender".
Emprender para estas mujeres es mucho más que crear un negocio, pues además de aportar valor a la sociedad también sirve de autoayuda para ellas mismas. "Emprender es un desafío constante, un camino en el que nunca dejas de aprender" confiesa Marín, para la que lanzarse en su proyecto ha sido como hacer "cientos de másteres en psicología y motivación".
Los retos a los que se enfrentan son diarios y nunca dejan de aprender, pues abarcan desde un curso de finanzas hasta otro de cómo hablar en público. El tiempo es esencial para ellas, no hay un segundo que desperdiciar. Para Sánchez, en esta etapa es indispensable contar con el apoyo familiar: "Sin una familia o un compañero que te ayude en este proceso es muy muy difícil".
Si hay algo que caracteriza a las mujeres es que tienen una forma distinta de cuidar lo que les rodea, están más concienciadas e implicadas con el medio ambiente y apuestan por la sostenibilidad. Este cuidado también está presente cuando se embarcan en actividades empresariales, motivadas por la empatía y por las ganas marcar la diferencia.
"Quiero construir un mundo mejor, aportar valor a la Región, no solamente enriquecerme", es el lema de Mayte Marín, cuya idea principal no era montar una empresa, sino enseñarle al resto cómo hacer una bebida saludable. Es la misma motivación con la que se originó BioProcesia, nacida para ser mas respetuosa con el medio ambiente y que cuenta con "un sistema más amigable".