MURCIA. Dar con una idea de negocio acertada, levantar rondas para financiar el proyecto, sacarlo al mercado y comprobar que funciona muy bien, no supone ni el final de un proyecto empresarial ni el culmen de la felicidad. Significa haber alcanzado el punto más elevado de algo muy importante para el emprendedor, pero solo eso, un punto, porque para que la rueda continúe avanzando hay que seguir innovando, invirtiendo y vendiendo y tampoco esto es gratis. La factura la acaban pagando muchos emprendedores con su estado de salud física y mental a causa del estrés y el agotamiento.
"Trabajaba 80 horas a la semana, cogía llamadas a las 3 de la mañana. Pasé años sin tomarme vacaciones porque me sentía culpable", confiesa Alejandro Artacho, cofundador y CEO de Spotahome, quien cayó en una depresión en 2020 que le ayudó a meterse "en un mundo fascinante sobre la ingeniería interna. "Cómo el manejo de tu cuerpo, mente y energía controlan tu vida y tu destino”, contaba en su cuenta de Linkedin.
Luego resultó que no era ni el primer ni el único emprendedor de éxito que había colapsado. Una encuesta realizada en 2023 por la organización de investigación Startup Snapshot pone de relieve que el 72% de los emprendedores ha experimentado problemas de salud mental como consecuencia de su actividad profesional. Episodios fuertes de estrés, ansiedad, insomnio, trastorno bipolar, depresión o abuso de sustancias son algunas de las consecuencias de trabajar demasiado, recortar los descansos, pasar menos tiempo con la familia y los amigos, alimentarse mal o no practicar ningún deporte pasando así de la cima al subsuelo.
Situaciones como estas fueron las que condujeron al fundador de Bewe Software, Diego Ballesteros, a crear el proyecto de Ancla Life, una asociación enfocada a eliminar el estigma que rodea la salud mental en el ámbito emprendedor. Él mismo, después de 25 años emprendiendo y tres exits en su haber, había caído antes en una depresión.
La prueba de que no son pocos los emprendedores que caen en situaciones como estas se encuentra en la comunidad que ha ido creciendo en torno a Ancla donde cuentan ya con más de 420 emprendedores registrados en su web. Y esta es una buena noticia porque significa que se intenta acabar con el estigma de la salud mental, algo que afecta a todos, pero en el caso de los emprendedores con mayor virulencia con el agravante de no poder dar muestras de flaqueza en las sucesivas reuniones con inversores, clientes, equipo…Menos aún cuando ha sido exhibido en los medios de comunicación como un caso de éxito.
Juan Pablo Nebrera, vicepresidente de Ancla Life CEO y cofundador de Brooklyn Fitboxing International, identificaba en la presentación pública del proyecto de Ancla cuáles son los principales estresores que sufren los emprendedores.
Uno de ellos es medir el éxito de la compañía solo en números comparándolos, además, con los de otros emprendedores. El riesgo de actitudes como esta es que acabes perdiendo el control de la empresa delegando la valoración del éxito en otros.
Otra causa es la ilusión de que puedes controlarlo todo cuando la realidad es que existen multitud de factores externos que no están planificados y que tanto pueden catapultar una empresa como hundirla. Señaló también como actitudes de riesgo el miedo al fracaso y la continua proyección a futuro en lugar de disfrutar del presente. “Estamos siempre haciendo y pocas veces siendo”, dijo.
En cuanto al miedo permanente, valga el ejemplo de Meyr Oaknin, CEO y cofundadora de D-Uñas, quien recientemente reconocía en un foro de emprendimiento haber vivido “aterrorizada” 15 años de su vida hasta darse cuenta de lo absurdo de esta situación y “ser consciente de que si esto fallaba, lo iba a volver a hacer”.
También Manuel Lencero, CEO y fundador de UnLimited, está muy concienciado con los problemas psicológicos que aquejan a muchos emprendedores apostando tanto por humanizar al individuo como a las empresas.
A su juicio, una de las causas que pueden generar desequilibrios psicológicos es la falta de coherencia entre lo que se hace y lo que nos gustaría hacer, la falta de alineación entre los valores por los que queremos regirnos como personas y los que aplicamos luego en el entorno profesional. Él mismo decidió por este motivo abandonar la empresa, pero no dejó el emprendimiento porque lo que hizo fue montar, a los 45 años de edad, el proyecto de UnLimited desde donde impulsan la creación de empresas de impacto social.
Pero, aún suponiendo que no exista dicho desajuste, la presión que sufren los emprendedores en su día a día y la toma de decisiones de forma continuada pueden deteriorar fácilmente el bienestar mental. Así que los tres consejos principales de Lancero a los emprendedores son: “Sé coherente con lo que piensas y lo que haces; quiérete y cuida tu salud porque si quieres que tu empresa vaya bien, el primero que tienes que ir bien eres tu; y respétate, es decir no vulneres tus principios fundamentales o, como decían nuestras abuelas, amor propio”.
Otros consejos, como el del fundador de Cabify, Juan de Antonio, es desvincular el éxito personal del éxito de un proyecto empresarial porque, aunque la empresa fracase, en la mayoría de los casos el motivo que impulsa su creación no es forrarse, sino un deseo de cambiar el orden de las cosas, o la apuesta por un estilo de vida que exige una valentía por encima de la media.
