Se dota con 200 millones de fondos públicos hasta 2023 para I+D y se prevé que puede generar hasta 40.000 nuevos empleos cualificados
MADRID. (EP) El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha aprobado la hoja de ruta para el desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España, con el objetivo de alcanzar hasta tres gigavatios (GW) de eólica flotante en 2030, el 40% de la meta europea de disponer de siete GW instalados de esta tecnología renovable.
En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la ministra Portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, destacó que esta hoja de ruta representa "un plan muy ambicioso" y tiene por objetivo "consolidar el liderazgo del país en energía eólica flotante".
En este sentido, destacó que España ya es "líder" en el desarrollo e investigación de esta tecnología y subrayó la oportunidad que representa para el país, con un potencial para generar hasta 40.000 empleos nuevos cualificados.
Según informó el Ministerio, el objetivo de esta estrategia es el de "potenciar el liderazgo español en el desarrollo tecnológico y de la I+D de las distintas fuentes limpias que aprovechan los recursos naturales marinos, con especial atención a la eólica".
Asimismo, garantiza el despliegue ordenado de las instalaciones en las aguas territoriales, de modo que sea respetuoso con el medio ambiente, compatible con otros usos y actividades y se aproveche para mejorar el conocimiento del medio marino.
En concreto, la estrategia diseñada por el gabinete dirigido por Teresa Ribera contiene 20 líneas de actuación con el objetivo de alcanzar entre uno y tres GW de potencia de eólica marina flotante en 2030 -hasta el 40% del objetivo de la UE para el final de la década- y hasta 60 MW de otras energías del mar en fase precomercial, como las de las olas o las mareas.
Entre otras medidas, se habilitarán al menos 200 millones de euros hasta 2023 y se evaluarán las necesidades de la infraestructura portuaria, donde se deben invertir de 500 a 1.000 millones de euros para cubrir las nuevas necesidades logísticas.
España es una potencia eólica, tanto en fabricación de equipos -dispone del 90% de la cadena de valor- como en producción de electricidad -este año es la primera fuente de generación-, pero la eólica marina apenas se ha desarrollado por la elevada profundidad de las aguas territoriales para proyectos con cimentación fija, inviable a partir de 50 metros de profundidad.
Sin embargo, el país es líder en soluciones flotantes para los aerogeneradores, siendo españolas un total de siete de las 27 patentes identificadas a escala global, y es el socio europeo con más instalaciones de I+D para eólica flotante y las otras energías del mar.
Esta hoja de ruta aprobada por el Gobierno, tras la fase de consulta del borrador, tiene como principales objetivos para esta década el establecimiento de España como polo de referencia europeo de I+D para el diseño, escalado y demostración de nuevas tecnologías, reforzando las plataformas de ensayo y ofreciendo el mejor entorno y el más rápido para probar nuevos prototipos.
A este fin se activarán al menos 200 millones de fondos públicos hasta 2023 para I+D en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
Además, se busca ser referente internacional en capacidades industriales, generando cadena de valor y empleo de calidad en todo el ciclo de vida de las tecnologías, optimizando las condiciones logísticas y acompañando a la iniciativa empresarial, siempre con una perspectiva de economía circular, incidiendo en las sinergias con sectores ya punteros como el naval, el siderúrgico o la experiencia en la energía eólica terrestre.
También se pretende integrar la sostenibilidad como pilar central del desarrollo de las energías renovables en el mar. Además de un despliegue ordenado gracias a los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, ahora en información pública, se aprovechará el despliegue de estas tecnologías para incorporar sistemas de monitorización del medio marino, facilitando su conservación y mejorando el conocimiento de las interacciones y afecciones de las distintas actividades.
Finalmente, se busca esplegar de un modo ordenado las instalaciones, eólicas en particular, con una regulación clara y previsible, sobre tres elementos clave: ordenación espacial, conexión a red y modelo de negocio, que adquieren especial relevancia por la ubicación de las plantas en dominio público, la gran inversión inicial que precisan y su elevada generación eléctrica.