MURCIA. "Este es el país que mejor entierra y mejor olvida. Cuando sales de un entierro fastuoso empieza el periodo del olvido", señalaba en una conversación con Murcia Plaza el artista ciezano José Lucas, fallecido hace poco más de un año a la edad de 77 años. Pero no será así en su caso; no, con la cantidad de obra inmensa que ha dejado como legado; no, mientras en su tierra natal -y en las que lo fueron de adopción- lo sientan presente a través de sus pinturas y esculturas; y no, mientras la generosidad de sus hijos, María y Antonio, mantenga vivo el espíritu indomable, inquieto y apasionado de este maestro del color. Todos estos factores confluyen en la exposición Retornos de lo vivo lejano que este jueves, a las 19.00 horas, se inaugura en la galería Efe Serrano de su Cieza natal, en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad.
Se trata de una exposición a modo de homenaje al pintor ciezano -en octubre se cumplió el primer aniversario de su fallecimiento-; la primera de las que tendrán lugar en 2025 en diferentes puntos de España. En ella, se podrán contemplar 156 obras -muchas de ellas nunca expuestas- que Pepe Lucas ha dejado como valioso legado a su familia. De hecho, la comisaria de esta muestra es su hija María, quien acompañó y ayudó a su padre en numerosos montajes.
Según informan desde el Ayuntamiento de Cieza, Retornos de lo vivo lejano -título con el que se hace un guiño al poeta Rafael Alberti y a la poesía en general; la otra gran pasión de Pepe Lucas, que transmitió a su hijo, el escritor Antonio Lucas- recorre principalmente dos décadas de creación plástica hasta la última serie en la que estaba trabajando. Son obras, añaden, que "subrayan la versatilidad de la pintura del gran artista ciezano, tanto en su maestría en el manejo del color y en las visibles referencias de su veta mediterránea. Asimismo, la variedad de técnicas y formatos son otra de las señas de identidad de un pintor de inconfundible mundo estético".
El prólogo de la exposición cuenta con un texto del escritor Francisco E. Pino, quien se refiere a Lucas como "el inmenso artista, el muy entrañable amigo, el hombre más absolutamente vital que a algunos nos fue dado conocer". Añadiendo que "hoy, a través de la mirada de sus hijos, María y Antonio, que seleccionan la obra, nos encontramos inmersos en un universo icónico y cromático, me atrevería a decir sin parangón en la actual pintura española. Necesariamente, el mundo que se muestra aquí es una reducida expresión de su portentosa obra artística: escultura monumental, murales cerámicos, frescos bellísimos, carteles e ilustraciones de libros, escenografías teatrales, retratos de generaciones de poetas, grandes exposiciones que todos conocimos y admiramos: El retablo de la Lujuria, el Minotauro...".
Y avanza al espectador que "y sin embargo, en estos Recuerdos de lo vivo lejano, en esta madurez última de su oficio, de su instinto pintor, de su final experiencia humana, en esta nueva -y por desgracia última- traslación de su psique genial al papel, al collage, a la superficie de la tela, quedaremos de nuevo deslumbrados, inmersos en una depuración cromática asombrosa". Porque, lo que en la Galería Efe Serrano se experimentará será "un viaje hacia la claridad, hacia la luz, hacia amarillos, celestes o verdes que quizá pronto dejaremos de ver en el mundo. Hacia formas únicas que se embuten en cuerpos de actoral expresión que no sabemos si quedan a un paso de llegar a lo humano o quizá haya dejado atrás lo humano, habitando otras formas de sobrevivir en pura poesía".
Francisco E. Pino concluye asegurando que "la pintura de José Lucas hoy le sobrevive, se queda con nosotros, nos alumbra de humanidad -de extraña y singular belleza-, en este mundo que se nos va quedando tan raquítico ya de poderosa invención y ambición creativa. Y otro sí, digo: Él era el fuego. Y lo seguirá siendo siempre en su pintura".
El prólogo también contienen palabras del alcalde de Cieza, Tomás A. Rubio, quien recuerda que el pintor de fama internacional fue un magnífico embajador de su tierra, al tiempo que destaca su inteligencia cultivada y que era un trabajador incansable, así como su carácter familiar y su lealtad con los amigos. Por su parte, la concejala de Cultura, María Turpín, señala que "con esta exposición agradecemos al hombre y al artista e iniciamos junto a su familia un hermoso camino para que los ciezanos nunca olvidemos a un hombre cuya generosidad y talento estará siempre con nosotros".