El 57% de los usuarios tradados en Patim superan los 42 años

El 'fantasma' de la drogodependencia pasados los 40: crecen los casos por tercer año consecutivo

20/08/2023 - 

CASTELLÓN. A sus 49 años, Pau -nombre ficticio para preservar el anonimato- es adicto a la cocaína, al alcohol y a un fármaco empleado para el tratamiento del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Hace poco más de un año que acudió a Patim, centro de referencia de la Comunitat Valenciana en el tratamiento de adicciones, con seis de sus siete sedes ubicadas en Castelló. Allí ha encontrado el camino para dejar atrás el consumo de drogas en el que recayó durante la pandemia tras siete años de abstinencia.

Desde joven ha mantenido una relación de idas y venidas con la cocaína y el alcohol, alejándose de ello sin apoyo profesional y regresando de forma intermitente. En 2020 llegó el confinamiento por el virus de la covid y aparecieron las primeras señales que hicieron tambalear su salud mental y le llevaron a una nueva recaída en las drogas: fue diagnosticado con TDAH, trastorno bipolar y otras patologías mentales cuyo tratamiento requería de la toma de un medicamento que le provocó adicción. También volvió a recurrir al alcohol para "calmar" los ataques de pánico y la ansiedad que experimentó durante la cuarentena.

Pau avisó a su pareja de la necesidad que sentía de tomar estas pastillas, pero reconoce que llegó tarde. "Ahí volví a verlo. Se puede ser un adicto, llevar una vida totalmente normal y que nadie se dé cuenta. He trabajado y he llevado una familia. El adicto no es el borracho que está tirado en la calle. Al principio te avergüenzas, no lo reconoces y dices: No, yo no estoy a ese nivel, cuando en realidad sí lo estás", asegura.

Casi 500 personas tratadas

Como este castellonense, otros 463 usuarios recibieron tratamiento en los centros de Patim en 2022, entre los que un 57% tenía más de 42 años. Esto supone un incremento del 9% respecto a 2021 de estos casos, que se mantienen al alza desde hace tres años como fruto del envejecimiento poblacional y el aumento de la esperanza de vida, factores que prolongan la edad de consumo.

El usuario de Patim advierte sobre la creciente "normalización" del consumo de drogas en distintos entornos sociales: "He vivido situaciones con compañeros de trabajo consumiendo cocaína todos los días y teniendo una vida corriente". Con el alcohol, reconoce que le ha costado asumir que no puede tomar "ni una cerveza", algo que se le hace todavía más difícil con la llegada del verano. 

Afirma que a lo largo de su vida ha experimentado la presión del estigma que recae sobre las personas con adicciones y que todavía le acompaña. "He llegado a sentirme juzgado en un centro de salud, incluso con el guardia de seguridad que te mira mal. Creo que, empezando por las instituciones públicas, hay que dejar de señalar y saber que es una enfermedad crónica", sentencia.

Centros para mayores con adicciones

El presidente de Patim, Francisco López, advierte de que uno de los principales obstáculos para la asociación en los últimos años es afrontar la subida de casos de personas mayores con adicciones ante la falta de recursos. "Nos encontramos con una población cada vez más adulta que sale de un tratamiento y no tiene adónde ir. Necesitamos centros específicos para la tercera edad con problemas de adicciones", urge. 

En estos casos, explica, la soledad no deseada se suma al estigma social. "La soledad en los mayores es muy física, donde los hijos no se quieren hacer cargo del padre o madre. Y no hay más familiares. Las residencias no les admiten con consumos problemáticos de sustancias. Cada vez están más sinhogarismo", asegura López. 

La labor de la organización se centra en buscar fórmulas para que este colectivo pueda "vivir de forma medianamente digna" en pisos compartidos con ayuda de sus pensiones, muchas veces "insuficientes". En este sentido, el dirigente de Patim insiste en mirar a otros modelos residenciales para la tercera edad con problemas de adicciones en países como Francia o Suecia, por lo que han iniciado conversaciones con la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para la implementación de este tipo de dependencias. 

No obstante, López asume que su propuesta deberá esperar a la consolidación del nuevo Gobierno valenciano. También reclama a la Generalitat una solución a otra cuestión inminente: el retraso en el pago de de 240.000 euros desde enero. La asociación recibe fondos privados de pacientes, pero los ingresos que obtiene de la Administración autonómica son esenciales para el mantenimiento de la plantilla y las inversiones en recursos. Tanto, que incluso tienen empleados "que están trabajando sin cobrar", asegura el presidente de Patim. 

Las mujeres "ahora piden más ayuda"

Los casos de mujeres que acudieron a Patim en 2022 también aumentaron, con una media de edad superior a los 40 años. En total, un 30% de las personas atendidas fueron mujeres, lo que supone un 12% más que el año anterior, detallan desde la plataforma. "Eso no significa que ahora hay más mujeres drogodependientes, sino que piden más ayuda. Quiere decir que algo estamos haciendo bien a nivel social", apunta Nerea Martínez, trabajadora de la asociación que imparte talleres de concienciación hacia la violencia de género. 

Martínez recalca que cada caso "es un mundo", pero detalla que el patrón de consumo que más se repite entre las mujeres que acuden a Patim se basa en la cocaína y el alcohol. Acostumbran a estar solteras o divorciadas y, si tienen pareja, esta suele ser también drogodependiente. "En ocasiones recurren al alcohol para evadirse de los maltratos que sufren. Es un anestésico emocional", explica. 


La trabajadora social destaca que sufren una doble estigmatización por ser mujeres: "Se les pone más en tela de juicio socialmente y la autoestima en ellas es muy baja cuando llegan. Suelen pedir la ayuda más tarde, porque lo intentan ocultar más. Muchas nunca han tenido un espacio seguro para hacerlo sin sentirse castigadas y en numerosas ocasiones los familiares las apartan". 

Un 90% de usuarios manifiestan intención de suicidio

Hace tres años que en Patim detectaron una creciente incidencia de ideaciones suicidas en personas con adicciones. De los datos de la Memoria de 2022 se desprende que un 90% de los usuarios lo manifestó el ejercicio pasado. "Eso no implica que se intentaran suicidar, sino que tuvieron por primera vez la idea de quitarse la vida", apunta el presidente de la plataforma. Se trata del primer paso antes de la planificación y ejecución del suicidio. 

Ante el incremento de estos casos, la organización ha activado un protocolo que prioriza el tratamiento de los pacientes que expresan cualquier intención de suicidio. López apunta que la pandemia ha podido influir en esta subida, pero no lo ve como un factor "determinante". 

Por su parte, Martínez asegura que las ideaciones suicidas están presentes tanto en mujeres con problemas de consumo de drogas como en hombres. Además, advierte sobre el aumento de casos de patologías mentales duales, puesto que un tercio de los usuarios fueron diagnosticados con más de una enfermedad mental en 2022. "Sospechamos que otro tercio también tenía patología mental dual pero no estaban diagnosticados", sostiene. 

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