MURCIA. Dos artistas, el cartagenero Salvador Torres y el italiano aficado en España Enzo Trepiccione, han intervenido sobre mapas antiguos, trabajando a cuatro manos y emprendiendo un viaje plagado de evocaciones. El resultado es una original obra que, como en sus cartografías, ha traspasado fronteras, ya que se expondrá a partir de este jueves 28 de diciembre bajo el título Il segno e la narrazione (El signo y la narración)- en la galería de la artista Ilia Tufano, 'Movimiento Abierto', en Nápoles, donde podrá verse hasta el 25 de enero. La exposición cuenta con un texto del también artista Mario Lanzione.
Las intervenciones pictóricas de los dos artistas en el supuesto orden y la geometría ficticia de los mapas buscan "mostrar una espacialidad diferente, la de lo vivo y de lo vivido". Para ello, los dos artistas trabajan cada uno con su propio lenguaje. Lanzione considera, por una parte, que la del cartagenero Salvador Torres es "una pintura sorprendente porque va más allá de toda certeza. Los cuerpos, que parecen vaciados como maniquíes sin alma, transmiten una espiritualidad que está en el límite entre una realidad perceptible en su iconografía y una verdad oculta de personajes que viven el drama de la existencia humana siempre en equilibrio entre el egoísmo y la necesidad de proponer un mundo mejor".
Añade que "son obras atemporales: representaciones fantásticas surgidas de la imaginación; un mundo surrealista, no como un sueño que reelabora el propio inconsciente, sino como una visión subjetiva para una narración que escapa a la lógica estereotipada, presumida y habitual de un sistema social que ignora los peligros de su egocentrismo y arrogancia al descuidar las reglas fundamentales necesarias para mantener inalterado el equilibrio natural".
Sobre Enzo Trepiccione, Mario Lanzione apunta: "Si los sueños y los recuerdos son parte de nuestro subconsciente y de nuestra historia existencial, el de los símbolos es un sistema de comunicación que actúa sobre nuestros conocimientos. Un medio expresivo utilizado para llevarnos de vuelta al origen de contenidos que encierran una cantidad considerable de ideas y valores que ningún lenguaje humano podría aportar a la mente. Un solo símbolo esconde una miríada de significados. Estos son los elementos que encontramos en la pintura de Enzo Trepiccione, en un constante equilibrio entre la realidad y la imaginación".
Concluye señalando que "el de Torres y Trepiccione, es un diálogo artístico entre signo y narración, pero también un 'viaje' dentro y fuera de la historia, dentro y fuera de un recorrido geográfico entre Cartagena, Alicante y Nápoles. Un entendimiento artístico que establece una conexión, una relación recíproca en plena capacidad de interactuar, como en un juego, sobre soportes que indican el tiempo entre el pasado y el presente. Un pasado y un presente que fija el concepto del hombre en constante movimiento, el hombre que, por necesidad o por espíritu de conocimiento, camina por todos los medios posibles para ir más allá de los límites de su pertenencia".
Así, este viaje para Torres "tal vez representa la partida hacia una tierra amiga trayendo consigo la idea del 'regreso'mientras que para Trepiccione es un regreso a su 'tierra natal' con la exigencia indispensable de hacer 'regreso' a una realidad adquirida, más allá de los límites del territorio de origen. Son obras que inducen a la reflexión y que dan al usuario la oportunidad de sentirse partícipe e implicado. Un proyecto original que avala, sin lugar a dudas, la calidad y la experiencia".
Salvador Torres (Cartagena, 1971), muestra, desde su primera exposición individual en 1996, un mundo interior repleto de enigmas, de significados, de espacios abiertos que llevan a otros paisajes donde los distintos elementos construyen su mundo. Las referencias a elementos personales y oníricos sirven de hilo conductor para sus pinturas y obra gráfica. Ha expuesto en ferias y festivales de arte como Artexpo (Barcelona), Wingfield Arts&Music (United Kingdom), Mac21 (Málaga), Lineart (Gante, Bélgica), La Mar de Músicas (Cartagena), Fotoencuentros (Murcia), ArtMadrid, Art Sur (Córdoba), IV Bienal del Libro de Artista (Nápoles), Biennale del Belvedere di San Leucio 2017, (Caserta, Italia); Feria Internacional CIFTIS 2018, (Beijing, China); y Giffoni Film Festival (Italia).
Por su parte, Enzo Trepiccione (Caserta, 1969) trabajó como restaurador con la empresa Coppola Restauri en Roma, en el Palacio Real de Caserta. En diciembre de 1997 se trasladó a París, visitando frecuentemente el Centro Georges Pompidou y el Museo Picasso. En junio de 1998 regresa a Italia donde continúa trabajando como restaurador y asistente del maestro Bruno Donzelli, exponiendo en varias exposiciones colectivas y presentando dos exposiciones personales. En 2000 viajó a Valencia donde fue contratado para dirigir la restauración de los frescos del ábside de la Basílica de San Nicolás, obra del maestro Dionisio Vidal. En Valencia entra en contacto con un grupo de artistas y comienza una serie de exposiciones colectivas y personales por todo el territorio español.
En su obra muestra recursos plásticos que deconstruyen los objetos representados para formar parte de la realidad que persigue el artista. Ese primitivismo, que raya en el ingenio consciente, introduce en el arte puro más auténtico; en el primordial de la creación. Formalmente su obra se divide en formas figurativas esquemáticas dibujadas con colores puros y complementarios que, a su vez, generan. Sus composiciones se estructuran en un lenguaje que es una especie de caligrafía jeroglífica que devuelve a un simbolismo como sentimiento arcaico de alegría utópica y nostalgia por la inocencia cultural y creativa perdida.