Hoy es 25 de abril y se habla de

primera prueba en la bahía

El S-81 se estrena hoy con su primera salida a la mar en un periodo de prueba que durará 90 días

27/05/2022 - 

CARTAGENA. El submarino S-81, denominado Isaac Peral, afronta esta jornada una de las pruebas más importantes de las previstas hasta el momento, las denominadas pruebas de mar, que se alargarán durante al menos tres meses. Después de un largo periodo de hitos superados, al S-81 le espera ahora la comprobación del funcionamiento de la seguridad del sumergible y del sistema de combate.  

Las primeras pruebas se desarrollarán hasta la segunda semana de junio. La dotación deberá llevar a cabo  ejercicios que simulen situaciones de riesgo, tal y como indicaba el director del programa al diario La Razón.  

Posteriormente se efectuarán, de forma paulatina, las primeras inmersiones, además de otro tipo de pruebas como parado a cota periscópica, inmersión estática y una inmersión a cota máxima, aunque todo este tipo de pruebas el S-81 llevará a cabo una varada durante todo el verano, con el fin de poner a punto los sistemas para estas pruebas de inmersión y una revisión integral.

A finales de enero el Isaac Peral llevaba a cabo sus pruebas sobre amarras, lo que suponía poner en movimiento su hélice por primera vez. Con esta prueba, el S-81 superaba el hito de seguridad número seis, después del embarque de baterías, la puesta en tensión eléctrica, la puesta a flote, el primer arranque de los diésel generadores y la primera carga de baterías. A principios de 2021, en el dique de construcción, sin tocar agua, el S-81 alcanzó los dos primeros: la puesta bajo tensión eléctrica y el embarque de baterías. A continuación comenzaron las pruebas de puerto para lograr los cuatro siguientes: la puesta a flote del submarino a finales del pasado mes de mayo de 2021, el primer embarque de combustible a mediados de noviembre, la primera carga de baterías con los motores diesel a finales de año y, por último, la citada prueba sobre amarras del pasado mes de enero.

El Isaac Peral alcanzará su último hito de seguridad en el abril de 2023. Es decir, su alta en la Flota como el primer submarino de última generación de la Serie 80, de la que también forman parte el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, inmersos todavía en diferentes fases de desarrollo dentro de la grada de construcción.

La plantilla del S-81 era en principio de 32 miembros. Sin embargo, tras las modificaciones de construcción de 2018, que implicaron su aumento de eslora y peso, se decidió ampliarla a 40; antes de su puesta a flote, a 48 y, finalmente, a 53. Con este incremento se ha pretendido disponer de más gente formada con la que afrontar las pruebas de puerto y de mar al tratarse del prototipo y el primer sumergible de la serie y de personal ya preparado para integrar la dotación del siguiente, el Narciso Monturiol.

Unos protocolos similares a los de la NASA

Los datos son elocuentes: 17 años para culminarlo, 80 metros de eslora, 60 kilómetros de cables, 26 millones de horas de ingeniería y trabajo y 3.907 millones de euros de techo de gasto para los cuatro que Navantia está construyendo para la Armada. Un submarino es un sistema diseñado para operar autónomamente en un entorno muy hostil durante largos periodos de tiempo. Requiere conocimientos altamente especializados en disciplinas diversas (materiales, hidrodinámica, mecánica, acústica, etcétera) y disponer de una base industrial y tecnológica de apoyo altamente cualificada.

El necesario equilibrio entre los diferentes parámetros de diseño hace que se trate de un producto muy compacto en el que es necesario integrar un gran número de capacidades y sistemas y en el que componentes y materiales requieren un exhaustivo proceso de calificación. Navantia ha optado por el Manual de Ingeniería de Sistemas de la NASA, en el que se definen los procesos necesarios y los hitos de revisión requeridos.

Hay un estricto proceso de revisión en el diseño en el que ha sido fundamental la integración del personal del Ministerio de Defensa y Armada Española.  

El S-80 cuenta con un sistema de combate integrado, un ‘cerebro’ del barco que integra a todos los sensores y las armas para una respuesta adecuada y rápida a  cualquier amenaza. El núcleo del sistema de combate es un desarrollo de Navantia  Sistemas. La empresa Lockheed Martin ha suministrado un conjunto de sensores y ha colaborado como tecnólogo en la integración de torpedos y misiles. Comprende todo el software  de integración y su manejo se realiza desde siete consolas.  

A los sistemas de combate y control de plataforma se suma un sistema armas que incluye torpedos pesados, minas y la capacidad de lanzar misiles tácticos, una funcionalidad única en los submarinos no nucleares de la OTAN. Tiene un sistema de propulsión independiente de la atmósfera (AIP) que permitirá  obtener energía eléctrica con el submarino en cualquier profundidad. Eso reducirá su necesidad de salir a cota periscópica, donde es más fácilmente detectable. 

El AIP está basado en un sistema de pila de combustible donde el H2 y el O2 se combinan para producir energía y H2O. Este sistema va a permitir al S-80 permanecer mucho  más tiempo en inmersión profunda, lo que mejora su discreción, principal atributo  de un submarino. 

Destaca también su capacidad de escucha (conjunto de sónares  de Lockheed Martin y SAES, Sociedad Española de Acústica Submarina) y firma acústica y magnética muy reducida. Además del núcleo de sistema de combate, Navantia Sistemas aporta el Sistema  Integrado de Comunicaciones y el Sistema Integrado de Control de Plataforma, que  permite a la tripulación operar de forma local o remota los sistemas de navegación, propulsión, generación de energía o los mástiles y periscopios, entre otros.  

El alto grado de automatización de esta serie ha permitido reducir la dotación de la nave a 32 marinos, e incluir además 8 plazas para el embarque de personal adicional. Es la mitad de la dotación de los S-70, pese a ser un submarino de un  desplazamiento y complejidad muy superior. El estándar de habitabilidad es muy superior a la serie anterior y es el mismo que el de las fragatas, aunque adaptado a las dimensiones de un submarino.

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