CARTAGENA. Para los días 23, 24 y 25 de junio de 2023 volverá el Rock Imperium Fest en su segunda edición y llega, además de las novedades anticipadas de algunos de los grupos participantes, como Deep Purple, Helloween Angel Witch o Tygers of The Pang Tang, etc..., con propuestas que afectan al aforo y la estancia de los festivaleros.
En este caso desde la organización estudian ampliar el recinto principal, ubicado en la Cuesta del Batel -se planifica la manera de coger algo más de calle-, pero también reubicar el tercer escenario -que se había decidido para la primera edición situar en el Puerto- y cambiar la organización de la zona de comidas. Esta propuesta se tendrá que examinar de forma pormenorizada para que Cultura le dé el visto bueno, al estar junto a la Muralla.
Por último, se habilitará una zona de acampada, que ha sido una de las grandes carencias de esta primera edición después de la enorme cantidad de personas llegadas desde distintos puntos de la geografía nacional a las que tanto les costó encontrar estancia. Dicen desde las redes sociales de Rock Imperium Fest que han tomado nota de las sugerencias que han propuesto algunos de los asistentes en la primera edición para ponerlas en marcha para la segunda.
La alcaldesa Noelia Arroyo apostó en 2021 de forma decidida por un tipo de festival de gran formato y por un estilo de música que antes no se había propuesto, tanto en días como en dimensiones. El Rock Imperium Fest le dio la razón a Arroyo, pues ha conseguido colocar en el mapa a Cartagena. La importante oferta cultural y turística ha contribuido de forma generosa en la llegada de festivaleros.
La respuesta fue la asistencia de más de 40.000 personas a lo largo de tres días llegados de Japón, Brasil, Nueva Zelanda o Chile, con un 70% de población local y nacional y un 30% internacional. El impacto económico, un estudio del que se encarga la UPCT, no es definitivo, pero, recordemos, las previsiones cifraban entre 10 y 15 millones de euros de repercusión en la ciudad durante los tres días de música rock para los hoteles, alojamientos, bares, restaurantes y tiendas de la ciudad.
El productor del Rock Imperium, el alhameño Juan Antonio Muñoz, recordaba en la primera edición que no habían suficientes camas o un transporte adecuado para atender a la demanda, problemas que no habían previsto, que se encontraron por el camino y que ahora tratan de resolver para la segunda. "Como hay tanta demanda y tanto interés nos hemos encontrado con que a la gente le cuesta llegar y alojarse; es un problema estructural de ciudad y de Región", decía Muñoz en una entrevista.
El Rock Imperium Fest dejó un buen sabor de boca, tanto que los promotores decidieron poner a la venta un cupo de 6.000 abonos a precio reducido de 110 euros más gastos de gestión para la segunda edición del 'Rock Imperium Fest' que se agotaron en los tres días que estuvieron a la venta.
