CARTAGENA. El Puerto de Cartagena invertirá alrededor de seis millones de euros en la unificación de los puestos de inspección fronteriza (PIF) ubicados uno en el Muelle de Santa Lucía y otro en el de San Pedro -este último el de Sanidad Vegetal-. El objetivo es integrar ambos Puestos de Inspección Fronterizos en un único centro donde se desarrolle toda la actividad de control de mercancías, así como la parte administrativa de oficinas que sea necesaria.
En base al programa de necesidades y según el pliego de condiciones, se propone la construcción de un edificio que combine los dos usos principales para los que va a estar destinado, por un lado, el propio Puesto de Control Fronterizo, con toda la zona de operaciones y servicios adyacentes, y por otro, la parte administrativa relacionada con el mismo.
El edificio contará con dos alturas que separarán funcionalmente estos dos usos, quedando este aspecto reflejado también en volumen y en materialidad exterior. Para la comunicación interior entre estas dos áreas principales se proyectan dos núcleos de comunicación.
La composición de este edificio se realiza con una planta baja sobreelevada a 1,20 de la cota del suelo que permita la correcta ejecución de los muelles de carga, y una planta primera donde se ubican los departamentos de los servicios, que estará retranqueada de la inferior por todos sus lados salvo por el de la fachada principal, sobre la cual volará para generar y marcar el acceso peatonal en planta baja.
Se opta por una construcción industrializada que agilice los plazos y permita en un futuro reutilizar la mayor parte de materiales y sistemas constructivos empleados. Contarácon una superficie construida de 3.209,46 metros cuadrados.
En cuanto a su ubicación, la zona prevista para la implantación del nuevo Puesto de Control Fronterizo se situará en la parte este de la Dársena de Cartagena, en concreto junto al actual PIF Santa Lucía, dentro de los límites de la Autoridad Portuaria.
Linda al norte con el Paseo del Muelle, uno de los límites de la zona portuaria con el dominio público, y al sureste con el acceso rodado al Recinto Portuario a través de la rotonda conocida como Grúa Sansón y el control de Accesos.
Actualmente en el Puerto de Cartagena se desarrollan las labores de inspección en dos centros: el Puesto de Inspección Fronterizo PIF del Muelle de Santa Lucía y el Puesto de Inspección Fronterizo PIF Sanidad Vegetal del Muelle de San Pedro.
Durante su ejecución, seguirá en funcionamiento el actual PIF Santa Lucía para mantener los servicios que ofrece, sin que se vean afectados en ningún momento.
Los Puestos de Control Fronterizos son lugares designados por un Estado para la realización de los controles oficiales de los productos procedentes del comercio exterior e interior.
Las mercancías que se transportan, antes de abandonar el puerto hacia su destino final, deben ser despachadas por el servicio aduanero.
En el caso de determinados productos, es necesaria, además, la intervención previa de los Servicios de Inspección en Frontera (SIF), organismos de la Administración General del Estado, consistentes en el control e inspección de los productos que se importan y exportan, con el fin de asegurar que reúnen adecuadas condiciones higiénico-sanitarias y de calidad comercial y seguridad industrial.
Tal y como se indica en el pliego de condiciones que ha sacado a licitación la APC para la acometida de dichas obras, la labor de vigilancia permanente que realizan los PIF registró en 2019 un total de 482.079 controles sanitarios en partidas procedentes de otros países, siendo la labor de estos servicios necesaria para evitar riesgos sanitarios en el abastecimiento de mercancías de consumo de primera necesidad y de materias primas imprescindibles para la actividad del sector primario, como son las materias primas para la alimentación animal o para los medicamentos.
Los servicios de inspección sanitaria en frontera, añaden, son los responsables de controlar que las mercancías que llegan a nuestros puertos y aeropuertos procedentes de terceros países cumplen con todas las garantías necesarias para evitar posibles riesgos sanitarios y fitosanitarios. Están integrados por equipos de inspección especializados en el control de productos destinados al consumo humano para preservar la salud pública, en el control de productos farmacéuticos para garantizar su eficacia, calidad y seguridad, en el control de animales vivos y de productos que puedan afectar a la sanidad animal, y en el control de posibles plagas que puedan afectar a los productos vegetales.
Además de su actuación en controles sanitarios de entrada de mercancías, estos servicios de inspección son los encargados de emitir también los certificados sanitarios necesarios en la exportación de productos agrícolas y ganaderos y productos farmacéuticos, prestando una atención esencial a un sector que tiene un peso destacado en muchas comunidades autónomas.
Este volumen de tráfico de importaciones y exportaciones del Puerto coloca al Puesto de Inspección Fronteriza de Cartagena en séptimo lugar de España de entre los 37 centros de control de aduanas para este tipo de productos que hay en los puertos españoles. La clasificación la lideran Madrid, Barcelona, Algeciras y Pontevedra.
Los progresos en la carga de origen animal y vegetal completan un aumento del movimiento de mercancías que se nota fundamentalmente en los graneles líquidos, con un tráfico global de 11 millones de toneladas. Los graneles sólidos, a su vez, han llegado a los 2,7 millones de toneladas. El resto de mercancías también se ha incrementado de forma importante.
Dentro del PIF de Cartagena y debido a los mencionados aumentos en las cifras de mercancías y a necesidad de garantizar que todos los cargamentos cumplen la normativa sobre importación y exportación y los estándares sanitarios ha llevado a aumentar, en los últimos años, la plantilla de trabajadores del PIF.
El número de inspectores del Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) ha aumentado en estos últimos años de ocho a trece. Los supervisores que se encargan de las mercancías de origen animal han pasado de cuatro a cinco. Los que se ocupan de los vegetales se han multiplicado por dos (de cuatro a ocho).