El plan conjunto que han presentado PP y Ciudadanos ratifica el pacto de Gobierno pero no rebaja la tensión
MURCIA (M. P. | Efe). Las aguas han vuelto a su cauce y el Ayuntamiento de Murcia ha aprobado con el apoyo de todos los grupos salvo Vox, que se ha abstenido, un plan de reactivación social y económico para el municipio tras el coronavirus formado por cien puntos y que ha servido para que se borre la sombra de una ruptura entre los socios de Gobierno de PP y Ciudadanos pero no ha rebajado la tensión entre ambos grupos.
Y es que la portavoz del PP, Rebeca Pérez, y el primer teniente de alcalde, Mario Gómez, han mantenido un trato tenso con cruces de reproches incluidos. Hasta el punto de que el concejal de Fomento ha acusado a Pérez "de mentir" cuando ésta ha afirmado que el líder de la formación naranja quería "dinamitar" las reuniones entre ambos partidos.
Pérez ha repasado la gestión del Ejecutivo local durante el estado de alarma y ha insistido en que la intención de su partido ha sido desde el inicio la de "actuar unidos", con "transparencia y responsabilidad" y "buscando acuerdos", lo que ha permitido una actuación “preventiva”, que se puso en marcha el 9 de marzo, "adecuada e integral".
Sobre "los vaivenes políticos" de las tres últimas semanas, ha asegurado que "no han sido nada agradables" y ha lamentado que se haya dado más importancia a la cantidad de medidas que cada grupo aportaba que a su contenido, , informa Efe.
Mientras Gómez ha defendido que su partido ha logrado tras la polémica abierta su objetivo, que era abrir un debate para poner en marcha actuaciones concretas que ayuden a salir de la crisis derivada de la pandemia, aunque ha lamentado que al proyecto inicial consensuado con los partidos de izquierdas el PP haya añadido proyectos de inversiones y trabajos ya previstos de manera ordinaria.
El acuerdo incluye la práctica totalidad de las medidas suscritas por el partido naranja con PSOE y Podemos el pasado 4 de junio, que dieron lugar a la convocatoria de este pleno extraordinario, que ha venido precedido de una intensa crisis entre los dos socios del Ejecutivo local.
Además, cuenta con otra serie de medidas aportadas a última hora, parte de las cuales fueron ya consensuadas en grupos de trabajo que se crearon durante el estado de alarma y que fueron interrumpidos, algo que han criticado todos los grupos de la oposición.
A pesar del acuerdo alcanzado, la tensión entre los grupos municipales se ha hecho patente durante la sesión que, por primera vez desde que se decretó el estado de alarma, se ha celebrado de manera presencial en el salón de plenos, en el que se han instalado mesas de mayores dimensiones para una mayor separación entre los concejales, que han asistido con mascarilla.
Tanto el portavoz socialista, José Antonio Serrano, como el de Podemos, Ginés Ruiz, han lamentado que se hayan perdido tres semanas en discusiones entre los socios de gobierno, tanto para poner en marcha este proyecto de regeneración, como para la actividad municipal ordinaria, que llegó a paralizarse al suspenderse dos juntas de gobierno consecutivas.
Ambos han calificado de "vergonzosa" la situación vivida, al tiempo que han lamentado que el Ejecutivo ha tenido más voluntad de llegar a consensos en las últimas 48 horas que en todo el resto de la legislatura.
Por su parte, el portavoz municipal de Vox, José Ángel Antelo, se ha mostrado muy crítico con el acuerdo que, ha dicho, está muy alejado de las propuestas de su formación, que solo se abstiene para hacer "un gran guiño" al gobierno local. No obstante, ha insistido en pedir al alcalde Ballesta, que destituya a Gómez por formar "un gobierno oficioso" con los partidos de izquierdas.
Tras la votación del acuerdo, el alcalde ha tomado la palabra para "agradecer de todo corazón y sin ningún tipo de reserva" la "lealtad" de todos los portavoces a la institución por encima de sus intereses personales y por el esfuerzo "sin descanso" para llegar a este acuerdo.