tras haber sido restauradas por la comunidad

El Palacio de Guevara recupera seis pinturas sobre cobre flamencas, la segunda colección más importante del país

25/10/2024 - 

LORCA. Las seis piezas de la colección de cobres, creadas por el artista flamenco del siglo XVII Frans Francken II, vuelven a exhibirse desde este viernes en la Casa de Guevara de Lorca, tras haber sido sometidas a un exhaustivo proceso de recuperación llevado a cabo en el Centro de Restauración de la Comunidad Autónoma.

El proceso de restauración, que ha durado cuatro meses y que ha contado con una inversión de 20.000 euros por parte de la Comunidad Autónoma, ha devuelto el esplendor a estas obras únicas que ilustran episodios bíblicos como Salomón y la reina de Saba, La ofrenda de Abigail, La huida de Lot, Agar y el ángel, Peregrinación de los israelitas desde el monte Sinaí a Edom y Encuentro de Cristo con la Verónica camino del Calvario.

El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, ha visitado este viernes la Casa de Guevara junto a la consejera de Cultura, Carmen Conesa, para supervisar los resultados de la restauración de estas obras. Durante la visita, Gil ha subrayado la importancia de la recuperación de estos cuadros para la conservación del valioso patrimonio artístico que alberga la Casa de Guevara. Asimismo, ha destacado que desde su reapertura el pasado mes de febrero, tras años en proceso de recuperación y musealización, la Casa de Guevara se ha convertido en el monumento más visitado de Lorca

"Este emblemático monumento no solo atrae por su historia, sino también por las importantes obras de arte que atesora en su interior, como es el caso de estos cuadros de Frans Francken II, que hoy recobramos para el disfrute de lorquinos y visitantes; la veintena de grandes lienzos del pintor del barrio de San Cristóbal Pedro Camacho Felizes de Alisén; numerosos retratos de artistas como Senén Vila, Vicente Rodés, Agustín Esteve, José de la Revilla, Manuel de Ojeda, Federico y Luis de Madrazo o Lorenzo Pericás; u otras obras significativas de Horacio Lengo, Rafael Monleón, Ramón Stolz o Manuel Harmsen, entre otros", ha añadido.

La consejera de Cultura, por su parte, ha destacado el valor de estas pequeñas joyas, de 0,49 x 0,64 centímetros, pintadas sobre cobre, "que constituyen la colección más extensa de cobres flamencos con que contamos en España tras la que se conserva en el Museo del Prado, obra del mismo autor".

Sobre Frans Francken II

Nacido en Amberes en 1581, Frans Francken II es el más destacado de una familia de pintores del mismo nombre. En 1605 ingresó en el Gremio de Pintores de San Lucas de su ciudad natal, iniciando una carrera que llegaría hasta 1640 y en la que se especializó como pintor de obras de gabinete.

Las deudas de sus producciones más tempranas con el manierismo y la pintura del siglo XVI se aprecian tanto en la estructura de las composiciones, como en el ritmo y expresión de sus figuras. Además, éstas incluyen alusiones evidentes a la obra de artistas italianos como Rafael, Veronés o Zuccaro. Del mismo modo, se ha demostrado la utilización de estampas de Durero o Lucas de Leyden para algunas de sus figuras.

Poseyó un taller muy fecundo, con un gran número de discípulos que divulgan su obra, así como muchos imitadores de su estilo, lo que hace difícil garantizar su autoría respecto a estas obras que ahora se analizan, ya que solo una de ellas, la que representa la historia de Salomón y la Reina de Saba, aparece firmada en el ángulo inferior izquierdo.

El conjunto de su obra, en su mayoría cuadros de gabinete de no muy grandes dimensiones, casi siempre de temas bíblicos o mitológicos, presenta unas características generales aplicables a estos cobres: los personajes, representados en gran número, repiten tipologías de aire orientalizante en los vestidos y actitudes teatrales, con cierta sofisticación, que recuerdan el manierismo flamenco. El colorido es brillante, con predominio de tonos rojos y verdes. La composición cuenta con un muy cuidado dibujo disponiendo en un primer plano a los personajes protagonistas de la historia y, tras ellos, un fondo de paisaje en profundidad hecho con un gran dominio de la técnica.

También realizó obras de altar, aunque en ningún caso logró acercarse a la monumentalidad de la obra de Rubens. Entre ellas destaca el altar del Gremio de los Cuatro Mártires Coronados de la catedral de Amberes. Por último, destaca su colaboración con otros artistas, en cuyos paisajes o escenas de interior pintaba las figuras.

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