LORCA (EFE). El palacio de Guevara de Lorca, máximo ejemplo de la arquitectura barroca civil en la Región de Murcia, ha sido inaugurado este miércoles como museo con todas sus colecciones artísticas y su mobiliario restaurado y la previsión de recibir 30.000 visitantes al año.
Durante dos años el ayuntamiento de Lorca ha trabajado en las obras de musealización del edificio con una subvención autonómica de 400.000 euros, que ha permitido adecuar todas las estancias para ser visitadas, restaurar el inventario de objetos artísticos y muebles de época y disponerlo en los lugares que ocupó entre los siglos XVII y XX.
El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, la consejera de Cultura, Carmen Conesa, y el alcalde, Fulgencio Gil, han inaugurado el nuevo museo y han sido los primeros en recorrer sus estancias, que suponen un viaje atrás en el tiempo para los visitantes. El alcalde ha dicho que ni siquiera los lorquinos habían tenido hasta ahora la oportunidad de conocer el interior del palacio, que abre por primera vez sus puertas, y que lo hace con un renovado esplendor en sus colecciones y sus salones.
En el discurso de apertura, pronunciado en el salón amarillo o de baile, Gil ha dicho que este museo recupera en su integridad la casa que mandó construir Juan de Guevara García de Alcaraz, fundador de una de las familias más antiguas y de mayor linaje de Lorca, y que se convierte en “una exposición perfecta de lo que fue un edificio levantado o en el Renacimiento y que alcanzó su mayor esplendor en la época barroca”.
“Son tres siglos y medio de historia concentrados entre los muros de este gran palacio, habitado ininterrumpidamente desde el siglo XVII hasta los años 80 del siglo XX”, ha explicado Gil, que ha recordado que su última moradora y propietaria, Concepción Sandoval, baronesa de Petres y Mayals, lo donó al ayuntamiento a su muerte.
López Miras, que ha estampado su firma en el libro de honor original que se conserva en el palacio, se ha referido al edificio como “una joya del barroco” que ahora “se podrá disfrutar y conocer, y permitirá a los lorquinos y a los visitantes empaparse de la historia de Lorca”.
Este miércoles comienzan dos semanas de puertas abiertas con visitas guiadas inicialmente gratuitas y que, a partir de ese momento, pasarán a tener un precio de cinco euros por entrada, siempre en grupos reducidos.
La visita se iniciará en la portada de columnas salomónicas, continuará por el patio y la escalera principal de la casa, para continuar por casa una de las del palacio, como el salón amarillo o de baile, el rojo o el verde, que corresponden al color de sus paredes enteladas, el salón del estrado, el comedor o el dormitorio principal.
La colección de bienes muebles que encierra la Casa de Guevara alcanza los 790 objetos de los cuales 250 quedaron vinculados a la declaración de Bien de Interés Cultural del edificio llevada a cabo el 21 de noviembre de 2008.
Además de muebles, tejidos singulares, grabados, cerámicas o esculturas, se encuentra la totalidad de la pinacoteca con la que cuenta la casa, entre la que destaca una colección de 20 grandes lienzos del pintor lorquino Pedro Camacho Felizes de Alisén, que en su mayor parte componen un ciclo para la educación moral femenina.
La pinacoteca del Guevara incluye una colección de retratos de las familias Puxmarín, Bassecourt, Musso, Roca de Togores, Moreno Rocarfull o Harmsen, de artistas como Senén Vila, Vicente Rodés, Agustín Esteve, José de la Revilla, Manuel de Ojeda, Federico y Luis de Madrazo o Lorenzo Pericás.
Una de las piezas más destacadas es una Inmaculada, atribuida al taller de José Antolinez, el pequeño lienzo de la Virgen orante, atribuido a Giovanni Battista Salvi (‘Sassoferrato’), seis cobres de tema bíblico firmados unos y atribuidos otros a los Francken, o un paisaje con escena de bandolerismo firmado por Pérez Villaamil.
La colección también incluye otras firmas significativas del panorama pictórico español, como las de Horacio Lengo, Rafael Monleón, Ramón Stolz o el malogrado Manuel Harmsen, del que se expone su premiado retrato infantil “Doloretes” en una sala que lleva su nombre.
Entre los bienes también se encuentran un centenar de abanicos de los siglos XIX y XX, mobiliario sobresaliente de los siglos XVII al XIX –donde son destacables un grupo de antiguos arcones-, los bargueños y mobiliario que refleja los gustos afrancesados de la alta burguesía del momento y una destacada selección de lámparas de cristal y metal datables entre finales del siglo XVIII y las primeras décadas del XX.
La escultura se encuentra representada en la colección con una Inmaculada en el oratorio particular, posiblemente granadina de comienzos del siglo XVIII, esculturas populares representando a un San José y dos pastorcillos dormidos, o el magnífico busto en bronce de Manuel Harmsen, obra del alicantino Vicente Bañuls de 1895.
La colección de bienes muebles del palacio presentaba un deficiente estado de conservación en 2011, cuando el edificio tuvo que ser desalojado por los daños que le causaron los terremotos y que se han ido restaurando de forma paulatina desde 2016, una vez que el inmueble fue recuperado, gran parte de las piezas en los propios talleres del ayuntamiento.
Pese a ello falta un importante número de cuadros por restaurar, por lo que el ayuntamiento de Lorca, propietario del edificio, trabaja en un plan de mecenazgo que permitirá la recuperación de una selección de pinturas ligadas a la declaración de Bien de Interés Cultural que posee el edificio para ofertarlas a empresas públicas o privadas.
Para ese plan de mecenazgo se han seleccionado una serie de pinturas entre las que se encuentran ‘La Samaritana’, de Pedro Camacho Felizes de Alisén; el retrato de don Juan Procopio de Bassecourt, de Vicente Rodés y Aries; ‘Coquetería’ o ‘Composición con jilguero’, de Horacio Lengo Martínez o el retrato de don José Musso Valiente, de José de la Revilla.