MURCIA. Hileras de camiones cargados con todo tipo de enseres, mares de tiendas de campañas, niños que miran a la cámara rodeados de destrucción, polvo, desesperación y, hasta, alguna sonrisa. Todas las fotografías que realizó el periodista José Luis Vida Coy del éxodo de los kurdos iraquíes camino de Irán -como corresponsal de Irak durante la Guerra del Golfo-, tienen una historia detrás. Aunque todas forman parte de un mismo relato, que se repite, que tiene que ver con la identidad del pueblo sin estado más numeroso del planeta y que desembocó durante aquella huida masiva en un drama humano protagonizado por un millón trescientas mil personas.
Se cumplen 30 años del gran éxodo en Kurdistán y la Universidad de Murcia ha querido recordar esta historia, cuyos entramados, si no se es experto en conflictos internacionales, pueden resultar complejos. Lo hará este jueves con la celebración de una jornada en la facultad de Comunicación y Documentación, que incluirá la inauguración en la sala Isidoro Valcárcel de la exposición con las fotografías que Vidal Coy realizó hace tres décadas y que podrá visitarse hasta el 25 de febrero.
A continuación, a las 12 horas, tendrá lugar una mesa redonda sobre el Kurdistán Iraquí en el salón de grados de la facultad, que contará con las intervenciones de Ayden Ostan, representante en España del Gobierno regional del Kurdistán iraquí en funciones; Dayra Monastyrskaya, directora de Relaciones Internacionales de la representación; y Manuel Martorell, periodista e historiador con siete libros publicados sobre Kurdistán. Será el propio José Luis Vidal Coy quien modere la mesa.
Las imágenes muestran escenas de los primeros días del éxodo de los kurdos iraquíes en 1991, huyendo de los ataques del gobierno de Sadam Hussein y refugiándose en las montañas en condiciones extremas. "Las montañas, pueblos y aldeas kurdas fueron bombardeadas a conciencia. Turquía, que observaba un reavivamiento del independentismo kurdo, cerró su frontera, dejando atrapados a millones de kurdos iraquíes. Un millón trescientos mil de ellos huyó a través de las montañas en dirección a Irán, que abrió sus fronteras de la provincia de Shardhast para acoger uno de los mayores éxodos del siglo XX", recuerda el autor de las fotografías.
La catástrofe humanitaria fue tremenda, asegura el periodista murciano, a pesar de que Irán consiguió ayuda internacional de ACNUR para hacer frente a la marea humana que llegó a su territorio. Él lo relató con sus fotografías, por muchas de las cuales parece que no ha pasado el tiempo.