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El líder espera su momento

11/04/2020 - 

CARTAGENA. Paralizado el mundo ante una pandemia sin precedentes en el siglo XXI, tan inesperada como avisada, ni siquiera el fútbol ha sido ajeno a este shock. Los futbolistas, recubiertos a menudo de una pátina heroica por parte de los aficionados, han perdido esa aura, abocados a las mismas complicaciones que el resto de la sociedad. Tampoco el Cartagena, uno de los clubes de la Segunda B más saneados y con mejor gestión de la categoría, ha podido eludir un ERTE para su plantilla y empleados. Paco Belmonte se ha visto obligado a esta situación ante la incertidumbre de cuando se podrá reanudar la Liga.

El parón le vino al Cartagena en el mejor momento de juego, con Carrasquilla y Vinicius Tanque ya en órbita en el esquema de Borja Jiménez, y con el técnico albinegro habiendo encontrado un molde a la plantilla que tiene a sus órdenes. Espera con ansias el equipo la reanudación del torneo liguero, con el hambre propia de quién quiere recuperar el control de su vida y la ilusión por lograr un objetivo marcado a fuego tras caer los dos últimos años a las puertas de la gloria.

Entronizados a menudo a diario por la hinchada, son ahora los propios jugadores los que reclaman el foco ante la realidad que les ha golpeado sin avisar: sin el hincha, no son nadie. El maldito virus ha evidenciado más que nunca que el viejo fútbol y el negocio en el que se ha convertido hoy solo sobrevivirán si tienden puentes entre ellos. Pese a que la taquilla pierde peso en el presupuesto de un club conforme asciendes de categoría, nadie quiere un partido a puerta cerrada, siendo esta ahora la opción más factible para que el balón vuelva a rodar. "Que vuelva el fútbol. Si tiene que ser a puerta cerrada, que sea a puerta cerrada. Pero que vuelva”, clamaba recientemente el periodista Carlos Herrera en una entrevista.

No se espera un cierre definitivo de la competición, por más que en determinados círculos se especule con dicha posibilidad. No lo perdonaría la afición, arrebatada de la ilusión de ir cada domingo al estadio a evadirse del día a día, ni lo perdonarían los clubes, temerosos de unas pérdidas insoportables para muchas entidades. El fútbol volverá, aunque el aficionado se ha hecho a la idea de que será a puerta cerrada hasta el final de la presente temporada.

En este tipo de escenarios, es la situación económica de los clubes lo que determina la prosperidad del club o un paso por el desierto a la espera de que el paisaje socioeconómico mejore. No parece este último caso el del Cartagena de Paco Belmonte, solvente como pocos desde que tomara las riendas del club, con luces largas para convertir al Cartagena en una entidad de futuro. Tiene alturas de miras el presidente Belmonte, no tanto en cuanto a la política de fichajes, sin el músculo económico del presidente del Madrid, pero sí en cuanto a la visión de club moderno.

La plataforma de empresas dispuesta a principio de este año, con una zona vip habilitada en uno de los fondos del Cartagonova, muestra la ambición del club por tejer puentes con el tejido empresarial de la ciudad, vinculando club y ciudad en un crecimiento mutuo. No es mala idea acercar posturas con las instituciones cartageneras, alejado de posiciones en las que los inversores llegaban y, al primer roce con la ciudad, salían por la puerta de atrás, dejando a la entidad en los huesos. Algo de eso saben en Cartagena, que desde hace tiempo fiscaliza a cada nuevo dueño que ha asegurado tener la fórmula para lanzar a la entidad. Es por ello que pocos discuten al actual presidente de la entidad en su gestión, por más que se hayan criticado algunas decisiones deportivas.

No hay muchas ciudades con más ganas de fútbol que Cartagena. Sin partidos que comentar, jugadores y club tratan de mantener la llama en las redes sociales a la espera de poder brindar triunfos en el césped, conscientes de que necesitan recordar a su afición que siguen con ganas de lograr ese ansiado ascenso. No hay club sin hinchada y en el Cartagena de Jiménez esperan poder ser recordados como el Cartagena D. C. (Después del Covid-19) y por ser el primero de la era Belmonte que logra pisar la categoría de plata del fútbol español. El líder espera su momento. 

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