CARTAGENA (Efe). El barco Karim Allah con cerca de 900 terneros devueltos por Turquía y Libia ya lleva un par de días atracado y los inspectores enviados por el Ministerio inspeccionaron el estado en el que se encuentran los animales. Ahora el Gobierno espera para decidir cuál es la "decisión oportuna" para realizar con las reses, cuyo destino será el sacrificio si desembarcan.
Fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y del armador “Talia Shipping Line” así lo han confirmado a Efeagro, después de que el barco haya permanecido varios días fondeado en aguas de la bahía cartagenera, sin acceder al puerto de donde salió hace dos meses para llevar las reses a Turquía y, posteriormente, a Libia.
Fueron rechazadas en esos destinos por reticencias sobre la posibilidad de que saliesen de España infectados por la enfermedad de la lengua azul, extremo que desmintieron tanto la asociación de productores de vacuno (Asoprovac) como el Gobierno.
El Departamento de Luis Planas anunció que el capitán del buque no había atendido a los requerimientos de las autoridades para que permitiese que los inspectores subiesen al barco. Finalmente, esto se producirá en las próximas horas, según las citadas fuentes.
El departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria en Cartagena ha inmovilizado y precintado las muestras de sangre que el armador del barco con terneros devueltos de Turquía y Libia había tomado a algunas de las reses este miércoles para hacerles un análisis de lengua azul.
Según la diligencia de la Agencia Tributaria, como informa Efeagro, los funcionarios se personaron en las instalaciones de la empresa, en San Javier (Murcia), a la que el armador había encomendado esta labor de muestreo.
Tras localizar las muestras biológicas, fueron inmovilizadas y precintadas.
El abogado del armador, Miquel Masramon, ha lamentado esta actuación en declaraciones a Efeagro, tras insistir en que les impide "hacer el análisis que queríamos".
Por otra parte, ha informado de que el armador teme que finalmente tengan que desembarcar los animales, lo cual supondría que tuviera que ser sacrificadas, según la Ley comunitaria.
De acuerdo a sus datos, les han "ordenado montar la rampa de descarga y habilitar vallas", ante lo que ha afirmado que el transportista se negará a la descarga si no hay “una orden escrita por la autoridad competente”.
En su opinión, la descarga, sacrificio y destrucción de las cerca de 900 reses se puede convertir "en un circo con repercusión “mediática".