MURCIA. El futuro de la Región de Murcia lo decide nuestro voto el próximo domingo. Por ello, debemos apoyar a aquellos que se comprometan a derribar las murallas que siguen condicionando su desarrollo, como su falta de conexión con los corredores ferroviarios, a la vez que a negociar y consensuar un plan de actuaciones que permita situar a la Región en el entorno de la media nacional en el horizonte del 2030.
Sabedores de que no son las subvenciones y las paguicas sino la actividad empresarial la que crea empleo y riqueza, es preciso una mayor facilidad en la puesta en marcha de los proyectos empresariales, reduciendo la burocracia, la implementación del silencio administrativo positivo y una menor fiscalidad regional y local y, sobre todo, un plan de atracción de nuevas inversiones y emprendedores.
Dado que es un hecho constatado que la Región cuenta con las mayores posibilidades de crecimiento de todo el Arco Mediterráneo Español, lo que la configura como una gran oportunidad inversora al no haber desarrollado plenamente actividades como el turismo y, singularmente, los servicios avanzados, que conllevan una mayor creación de empleo y valor añadido. Se trata de realidades y oportunidades que es preciso trasladar a los inversores en las principales ciudades europeas y al resto del mundo.
La Región, según los últimos datos publicados por el INE en Contabilidad Regional, la Renta Disponible Bruta de los Hogares en el año 2020 se situó en el 83,4% de la media nacional, y el PIB por habitante en el año 2021 en el 83,28%, 16,7 puntos por debajo de la media nacional, y aún más alejada de las regiones más avanzadas, como se puede constar en el mapa.
Esta es una realidad que continua en el tiempo y que solo cambiará si se impulsa y facilita la actividad empresarial y se ponen en valor todas las potencialidades con que cuenta la Región. Y ello solo será posible desde el dialogo y el consenso, acordando el proyecto de Región que queremos, concretando objetivos, plazos y recursos, a la vez que juntos negociar la realización de las infraestructuras pendientes que siguen condicionando su desarrollo.
La incorporación de la Región a finales de los noventa y primeros de este siglo a los grandes corredores viarios contribuyó decisivamente a impulsar la actividad productiva. La Región pasó de aportar el en el año 1995 el 2,18% al total del PIB nacional al 2,43% en el año 2000, y al 2,6% en 2007, porcentaje que se sigue manteniendo a pesar del importante crecimiento de la población de la Región.
Con la crisis en 2008 se pararon las infraestructuras de comunicaciones y se volvió a hacer patente el olvido de la Región. Pasan los años y la Región sigue esperando la declaración de interés nacional del puerto de El Gorguel para su remisión a Bruselas y su incorporación a los grandes ejes ferroviarios con la conexión directa Cartagena-Murcia-Albacete con Madrid y el norte peninsular (desdoblando y electrificando a 250 km/h para pasajeros y para mercancías).
También destaca la importancia de la continuidad del corredor ferroviario del mediterráneo para las mercancías que sigue parado en Monforte y el AVE para los pasajeros por el corredor ferroviario del mediterráneo, que sigue sin llegar a Cartagena y Lorca y recuperar la conexión con Andalucía. Mientras tanto, otras Regiones disfrutan de ellos desde hace años y, en consecuencia, cuentan con claras ventajas frente a la Región.
La realidad de la situación socioeconómica de la Región, según la contabilidad regional de España 2021 publicada por el INE, es que entre los años 2000 y 2021 el crecimiento del PIB por habitante en España ha sido del 62,9%, mientras que el crecimiento en la Región ha sido del 61,71%, lo que supone que el PIB por habitante de la Región ha decrecido 1,19 puntos frente al crecimiento de la media nacional.
"el PIB por habitante de la Región ha decrecido 1,19 puntos frente al crecimiento de la media nacional"
En la convergencia de las regiones en la Unión Europea en PPA (Paridad de Poder de Compra) la Región en el año 2007 se situaba en el 87% de la media de la Unión, y en el 2021 se sitúa en el 69%, lo que supone un retroceso de l8 puntos. Se sitúa así 14 puntos por debajo de la media nacional y solo por delante de Extremadura, Castilla la Mancha, Andalucía y Canarias.
El salario medio, según un estudio de Adecco Group correspondiente al cuarto trimestre de 2022, el salario medio mensual en España es de 1.823 euros y en la Región es de 1.585 euros, lo que supone el 86,94% de la media nacional. De hecho solo está por encima de Canarias 1.573 euros y Extremadura 1.486 euros.
La tasa de paro según la EPA (Encuesta de Población Activa) en el año 2007 en la Región era del 8,27%, y la media nacional era del 8,60%. Al finalizar el año 2022 la tasa de paro en la Región era del 12,89%, mientras que la media nacional era del 12,87%. En la Región en torno a 100.000 personas siguen buscando un empleo que no encuentran a pesar de todas sus potencialidades.
En cuanto a la tasa de riesgo de pobreza en la Región, constatamos que ha pasado del 25% del año 2007 (la media nacional era del 19,6%) lo que supone un diferencial de 4,4 puntos por encima de la media nacional. Este porcentaje evolucionó hasta el 33,8% del año 2021 (la media nacional fue del 27,8%) lo que supone un diferencial de 6 puntos con la media nacional, por lo que se ha incrementado el diferencial negativo en 1,6 puntos con el resto de España.
En investigación, desarrollo e Innovación la Región gastaba en el año 2007 el 0,91% del PIB (la media nacional era del 1,27%, lo que suponía un diferencial negativo de 0,36 puntos). En el año 2021 el gasto de la Región en I+D+i es del 1,09% del total del PIB y la media nacional del 1,43% del total del PIB, por lo que el diferencial negativo con la Región se situó en 0,34 puntos, algo menor que en 2007, pero aún muy lejos del resto de España.
La Región cuenta con muy importantes fortalezas en industria y agricultura, pero su principal debilidad, a pesar de toda su potencialidad, se encuentra en el sector de los servicios, que ha venido perdiendo fortaleza en los últimos años. Esto se produce como consecuencia principalmente de los continuos retrasos en su incorporación a los grandes ejes de comunicaciones, así como de la insuficiente financiación y de la falta de un proyecto de Región consensuado, con objetivos, plazos y recursos para hacerlo realidad, y el compromiso de su ejecución, gobierne quien gobierne, para poder poner en valor todas sus ventajas comparativas y situar a la Región en la media nacional en renta y PIB por habitante en el horizonte del año 2030.