MURCIA. Estos días ha saltado a los titulares de prensa el aumento de la repetición en el curso pasado, tras el paréntesis de la covid-19. Y se está vendiendo como una mala noticia, y quizás no lo sea tanto. Primero, porque recuperar la normalidad está bien, después de lo que hemos pasado. Segundo, porque la estadística de los tiempos de la covid encerraba una mentira: se aprobaba a los alumnos por circunstancias excepcionales, pero sabiendo que no lo hubieran hecho en circunstancias normales. La estadística da cuenta de ese hecho, pero un número no fiable es irrelevante. Lo grave no es que el alumno repita, lo grave es que no sepa.
"Lo grave no es que el alumno repita, lo grave es que no sepa"
Si mañana el Ministerio le pregunta al ChatGPT y éste responde con un decreto que elimina la posibilidad de repetir de todos los alumnos, la estadística diría que la tasa de repetición sería del 0% pero ¿a quién le importaría? Si no has hecho por enseñarles más y mejor, el problema seguirá allí. Por cierto, si la ministra está convencida de que el conocimiento es irrelevante ante la inteligencia artificial, podría ser coherente, cesar a los asesores que le escriben esas cosas y acabar por dimitir.
En realidad, la tasa de repetición es importante porque es un predictor del fracaso escolar en la ESO y de las tasas de graduación en otros niveles. El fracaso escolar bajó durante los dos cursos de la covid-19, y pasó del 21 al 16% en un solo año (en Murcia mejoró 4,5 puntos también). También mejoró la graduación en Bachillerato (la tasa bruta pasó del 55 al 61%, tanto en España como en Murcia), y las notas de la EBAU alcanzaron máximos históricos. También mejoraron las tasas de graduación de Formación Profesional, tanto media como superior, pero en menor medida y con un año de retraso. Es lo que se puede denominar el 'aprobado covid'.
Aunque no se haya pensado mucho en esto, se ha creado también una discriminación: el aumento de notas sistemático ha dejado fuera de juego a los que se examinaron en años anteriores o a los que vienen de la FP Superior. Fueron circunstancias excepcionales, y así hay que verlo. Y si todavía no tenemos responsables de los 25.000 muertos de más que produjo la covid-19 en España, no vamos a detenernos en minucias semejantes.
En fin, que considerar que los datos vuelvan a reflejar la realidad es una buena noticia también. Lo que no es bueno es que apenas se haga nada por mejorar esa realidad, y que no se adopten políticas que reduzcan el fracaso escolar enseñando más y mejor. De hecho, desde la Consejería se ha hecho un seguidismo preocupante al Ministerio, adaptando la Lomloe a su gusto en Murcia. Esta es una ley que será mala para la educación española, pero peor para la murciana, porque como ya hizo la Logse, a quienes más perjudicará será a los alumnos de familias con menos recursos socioculturales. Y, según PISA 2018, Murcia es la región con el peor sustrato sociocultural familiar de España (que algo tendrán que ver las políticas del PP en estos últimos 25 años con ese dato).
Si aplicamos una ley que perjudica el nivel de nuestros alumnos sin establecer medidas correctoras, estaremos cercenando el progreso de nuestra región. Es necesario dar un giro radical y establecer políticas que mejoren el rendimiento de nuestros alumnos y mejoren el fracaso escolar por la vía de enseñar más y mejor, no del maquillaje estadístico. A nadie debería sorprender que, tras el periodo de excepción, tras el aprobado covid vuelvan a los datos por donde solían estar, porque nada se ha hecho para mejorarlos.
Isabel Carpena es maestra de Primaria jubilada y miembro de Enseñanza de Vox