CARTAGENA. El escultor cartagenero Manuel Ardil Pagán, ha fallecido en la madrugada de este lunes 9 de diciembre en Cartagena, dejando una larga carrera en la que ha elaborado numerosas creaciones de profundo arraigo en la identidad cultural de los cartageneros.
La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha expresado sus condolencias a la familia del escultor, calificando su legado como "patrimonio emocional de los cartageneros". En su mensaje, destacó la trascendencia de obras icónicas como El Icue o el Monumento al Procesionista, así como las imágenes realizadas para la Semana Santa cartagenera, entre ellas el Cristo del Socorro, titular de la Cofradía del mismo nombre. "Su arte, cargado de sensibilidad y maestría, permanecerá para siempre en las obras que han pasado a formar parte de la identidad de Cartagena", subrayó.
El fallecimiento de Ardil Pagán deja un vacío en el ámbito cultural, pero su legado seguirá vivo en el corazón de los cartageneros, como señaló la alcaldesa en su mensaje: "Sus trabajos no solo forman parte de nuestro patrimonio artístico, sino también, y sobre todo, del patrimonio emocional de todos los cartageneros".
Manuel Ardil Pagán, nacido en Cartagena en 1940, continuó el legado de su padre, Manuel Ardil Robles, destacando como escultor en el ámbito religioso y en la escultura pública. Sus creaciones, caracterizadas por su detallismo y expresividad, han sido parte esencial del patrimonio cultural de la ciudad, consolidándose como elementos emblemáticos de sus calles, plazas y tradiciones.
El Monumento al Procesionista (1983), un homenaje a los nazarenos que participan en las procesiones de Semana Santa, es uno de los ejemplos más visibles de su conexión con la vida cartagenera. Junto a esta obra, El Icue, que representa a un joven portuario, se ha convertido en un símbolo del espíritu y la historia de Cartagena.