El salón de celebraciones de El Esparragal solicitó su liquidación cuando no pudo hacer frente a los compromisos con los acreedores
MURCIA. No fue posible. El emblemático salón de celebraciones Casablanca ya es historia. Asfixiado por unas deudas superiores a los 860.000 euros, los propietarios de este local en El Esparragal presentaron suspensión de pagos en el año 2014 y al año siguiente firmaron un acuerdo con los acreedores que les permitía salir del concurso. Dos años después, ante la imposibilidad de renegociar la deuda, solicitaron su liquidación y ahora el al juzgado de lo Mercantil número Uno ha acordado concluir y archivar el procedimiento ante la falta de recursos para afrontar los impagados.
Con cerca de una veintena de empleados, el restaurante Casablanca acumuló en el año 2013 unas pérdidas superiores a 1,2 millones de euros; y ese año presentó un pasivo de 861.000 euros.
Con estos números se acogió a la suspensión de pagos y en 2015, acreedores y empresa firmaron un convenio que contemplaba el pago de la deuda en cinco años sin necesidad de hacer quita. Los acreedores, en su mayor parte proveedores a los que se debía ya en torno a un millón de euros mostraron su total confianza en la empresa, que contaba con un activo de unos tres millones y, por tanto, podría afrontar los pagos establecidos en un tiempo de cinco años, dado que no se había resentido la actividad del negocio. Sin embargo, las expectativas no se cumplieron y los propietarios de la empresa solicitaron su liquidación en 2017 ante de imposibilidad de cumplir con los compromisos.