EL PASICO DEL APARECIDO / OPINIÓN

El decrecimiento era esto

2/04/2022 - 

CARTAGENA. Vayan primero unos versos que, inspirados en el maestro Sabina, bien podrían entonar muchos empresarios españoles, con Garamendi, su presidente, a la cabeza:

<<La reforma duró /Lo que duran dos promesas de Sánchez /En una reunión/

En vez de fingir /O estrellarme montones de votos / Le dio por prohibir/

De pronto me vi /Como un líder de nadie/ Asaltando los cielos/

Me dejó una ley con agravios/ El gas por las nubes/ Y calima en el pelo/

Tenían razón/ Mis apoyos en eso de que, antes, /El nulo era yo/

Con una excepción /Esta /vez yo quería pactar/ Y ellos no

Así que saltó/ Me dejó la inflación/ Por los aires/ Y yo sin euro/

Desde Falcon/ Y Haciendo un exceso/ Me tiró dos normas/ Menudo consuelo/

Y regresé/ A la maldición/ De los precios muy alto/

A la perdición/ De los Ertes sin cotas/A los sindicatos/ De apoyo al gobierno/

Y por esas ventas/ De las renovables/Pagando la cuenta/De gentes sin labia/ Que pierde la calma/ Con los trasportistas

Volviéndome loco/Derrochando/ La bolsa y la vida/La fui poco a poco/ Dando por perdida/>>

"si cercenas la oferta de cualquier mercancía se producirá escasez y subirá su precio, lo que lastimará a las gentes con menos rentas"

Tal se oye el canto de Garamendi, el presidente de la CEOE, cuando ha constatado que la recién estrenada reforma laboral, que él apoyó, pero solo se vio aprobada por el error al votar del diputado Casero, ha quedado desvirtuada con la prohibición de despedir en los tres próximos meses y con la limitación de las subidas de los alquileres, sendas normas que contradicen el espíritu de lo pactado. Pero así son las cosas en esta nación, España, que compra gas a Argelia y, probablemente a los Estados Unidos, pero tiene prohibido explotar las inmensas reservas de gas que, según los geólogos, podríamos extraer por fracking, como hacen los yanquis. Sí, así son las cosas en esta nación, España, que compra energía nuclear a Francia, pero tiene prohibido explotar las ricas minas de uranio de nuestro territorio y ha programado el cierre de las centrales nucleares.

La inflación está desbocada y no hay que extrañarse: este no es más que la consecuencia del decrecimiento económico defendido por los ecologistas radicales, pues, como es bien sabido, si cercenas la oferta de cualquier mercancía se producirá escasez y subirá su precio, lo que lastimará principalmente a las gentes con menos rentas.

Es sencillo: la transición ecológica, que todo lo fía a las energías renovables, fingiendo ignorar que no es fácil acumularlas produce escasez, suben los precios, entran en crisis los distintos componentes del sector productivo primario y de la distribución de los bienes, y nos aflige la inflación. Y eso que la UE ya ha decidido que la energía nuclear y la del gas son verdes. Para colmo, esta política pone en peligro nuestra soberanía, al depender nuestro suministro energético de países extranjeros. En suma, seremos verdes, pero pobres y dependientes. No sabe el Aparecido si no sería mejor afrontar el cambio climático mediante la ciencia y la tecnología, sin arriesgarnos a empobrecernos y manteniendo nuestra soberanía nacional a salvo. Casi diría que sí.

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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