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El CSIC reclama más espacios en la costa de Murcia para tiburones y rayas

15/07/2020 - 

MURCIA. Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) señala que la red de áreas marinas protegidas del Mediterráneo español no tiene una completa protección de los hábitats del fondo del mar, lo que hace que las especies que se encuentran en estas zonas estén también desprotegidas. Por tanto, y para asegurar la protección de los elasmobranquios (tiburones y rayas), han propuesto una serie de áreas marinas que deberían pasar a ser protegidas.

El estudio, publicado en ‘Marine Envoronmental Research’, señala que las áreas protegidas en la actualidad no son suficientes para garantizar la seguridad de este grupo de especies, muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinción.

En concreto, proponen que se amplíe la superficie protegida del espacio marino de Tabarca-Cabo de Palos (ubicado frente a las costas de Murcia y Alicante) y del sistema de cañones submarinos occidentales del golfo de León, en el extremo nororiental de la Península Ibérica.

"Estas zonas son óptimas para la conservación de los elasmobranquios porque las frecuentan varias especies pertenecientes a este grupo y porque las diferentes actividades humanas a gestionar aquí implicarían un menor coste que en otras zonas", expone Joan Giménez, uno de los autores del estudio. De esta manera, asegura el investigador, se puede conseguir un equilibrio entre la conservación de la comunidad de elasmobranquios y el desarrollo sostenible de las actividades humanas en el medio marino.

Para la elaboración del trabajo, los investigadores utilizaron datos sobre tres especies de tiburones y dos de rayas recogidos en los últimos diez años. Esto le permitió conocer su distribución y las amenazas a las que se encuentran expuestos, como la pesca, la contaminación y el calentamiento global. Estos datos fueron los que permitieron reconocer qué áreas del Mediterráneo son más favorables para estas especies y, por tanto, cuáles debían ser protegidas.
Además, Los autores esperan poder ampliar esta investigación a más especies de elasmobranquios e incluir información estacional y de los movimientos de estos depredadores, lo que ayudaría a mejorar la propuesta de estas “áreas marinas susceptibles de ser protegidas”.

La idea de ampliar la red de áreas protegidas del Mediterráneo contribuye al objetivo mundial de la Convención para la Diversidad Biológica de proteger en 2020 el 10% de la superficie marina. Asimismo, supone un halo de esperanza para unas especies que son especialmente vulnerables a la actividad humana, ya que presentan bajas tasas de fecundidad, un crecimiento lento y una madurez reproductiva tardía.

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