MURCIA. El coronavirus ha conseguido que el mundo se paralice y las ciudades se queden desiertas, pero lo que no ha podido lograr es que los tambores no suenen en las calles de Mula este Martes Santo. Así, desde el Ayuntamiento se ha pedido a los vecinos que salgan con sus tambores a los balcones a las 20.00 horas para que este año, aunque antes de lo habitual y sólo durante media hora, se oíga 'la llamada' en cada rincón de la localidad . Igualmente, instaba a que "comencemos todos a la vez este año más que nunca".
Los muleños han respondido a esta iniciativa y, a la hora acordada, han revivido desde balcones y ventanas la llamada del tambor en la noche más emblemática del municipio, ya que todos los Martes Santos las cajas de estos instrumentos no dejan de sonar desde las 12 de la noche hasta el Miércoles Santo a las 4 de la tarde, siendo Fiesta de Interés Turístico Nacional y declarada recientemente Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La tradición se repite también el Viernes Santo por la mañana y el Domingo de Resurrección.
Un bando de alcaldía explicaba que el adelanto de la hora, a las 20 horas, para celebrar la tradicional rompida de la hora de la medianoche del Martes Santo -que cada año reúne a miles de tamboristas en la plaza mayor- obedece a que los tamboristas no han querido molestar a los sanitarios que luchan contra el coronavirus, según informa Efe.
"Conforme el reloj de la torre se acerque a las doce, raro será el muleño que dentro y fuera de nuestra tierra no se emocione con un latido invisible de melancolía", pero se convoca este acto simbólico "para dar testimonio de que Mula suena en señal de hermanamiento con el resto de esta España que sufre en estos momentos complejos". El regidor, Juan Jesús Moreno, apelaba al civismo y a la responsabilidad para "contener las ganas. Acátese la hora establecida y el tiempo dado por cortesía y respeto a cuantos muchos otros no están para fiestas y estruendos" y "luego vuelva cada uno a los suyos y devuelva a la noche el silencio que este año corresponde".