MURCIA. A pesar de lo que dicta la razón, compartir más tiempo con tu pareja suele desembocar en crisis y, en muchos casos, en el fin de la relación. Esto se debe a que, con el estrés del día a día, apenas hay tiempo para estar con la persona a la que quieres y cuando los enamorados disponen al fin de momentos para estar juntos descubren hasta que puntos son compatibles. De esta forma, las parejas que están destinadas a estar juntas se refuerzan al pasar tiempo juntas, mientras que aquellas con problemas previos utilizan estas situaciones para darse cuenta de que la persona con la que comparten su vida no es como creían.
En consecuencia, el número de divorcios en la Región de Murcia ha aumentado muy por encima de los números de otros años como consecuencia del confinamiento que ha experimentado la población.
Habitualmente, septiembre es el mes en el que más divorcios se producen como consecuencia de las vacaciones, el momento en el que las parejas se libran del trabajo y disponen de tiempo para conocerse de verdad, lo que resulta ser poco conveniente para el futuro de la relación. Este año ese suceso se ha adelantado a los meses del estado de alarma y acrecentado a causa del estrés económico y los problemas derivados de la conciliación familiar.
De esta forma, las consultas sobre divorcios han aumentado entre un 40 y un 50 por ciento en la Región de Murcia durante los meses del confinamiento. No obstante, apenas un 25 por ciento de los clientes se decidieron a continuar con el proceso en ese momento, según explican desde Ginés Riquelme Abogados.
"Durante el estado de alarma llegaron muchas consultas sobre divorcios, pero muy pocas continuaron con el proceso. Cuando pudieron salir del hogar e irse a vivir con los padres este número aumentó y las personas que habían realizado previamente la consulta decidieron dar el paso", aseguraba el letrado a Murcia Plaza. La conclusión es que la convivencia durante el confinamiento provocó los problemas en las parejas, pero la nueva normalidad ha proporcionado la libertad suficiente para finalizar la separación.
Asimismo, Ginés Riquelme indica que se ha producido un aumento en el número de divorcios de mutuo acuerdo a causa de la crisis. Esto se debe a que este tipo de divorcio es mucho más rápido y asequible que uno contencioso, lo que resultaba una prioridad para los interesados en poner fin al matrimonio. "Las consultas iban encaminadas al tiempo de duración del procedimiento judicial, a la parte económica y a quien tenía que satisfacerla, es decir, si podían pagar entre los dos", concluye.
De forma habitual, las parejas suelen comenzar un proceso de mutuo acuerdo que puede complicarse cuando empiezan los conflictos, sobre todo los relacionados con la custodia de los niños menores. Cuando los hijos son mayores de edad sí que se suele llegar a un acuerdo ya que solo hablamos de liquidación de bienes, algo mucho menos complejo, destaca Silvana López Merino, abogada de Servicios Legales Multimedia.
En concreto, un divorcio de mutuo acuerdo puede suponer un coste de unos 600 o 700 euros con una duración de 5 o 6 meses para completar el proceso de divorcio en la Región de Murcia, mientras que pueden ser necesarios incluso dos años para concluir una separación contenciosa. Además, el precio a pagar puede ascender notablemente, sobre todo si es cada cónyuge se ve en la obligación de contratar un abogado, con lo que la cantidad de dinero invertido puede llegar a ser varias veces el de un divorcio amistoso.
No obstante, el tiempo que dura el proceso de divorcio en Murcia destaca en el conjunto del país por ser mucho más lento que en el resto de ciudades. Por ejemplo, se requiere un año para conseguir las medidas provisionales en caso de divorcio contencioso, cuando en otros lugares llegan en cuatro o cinco meses.
Además, un procedimiento jurídico para la separación que se ha popularizado durante este año es el divorcio notarial. Este proceso, similar al de mutuo acuerdo pero que destaca por su celeridad, requiere que la pareja lleve al menos tres años casada y que no tenga hijos menores para poder realizarse. De esta forma, un abogado presenta un documento al notario con el que la pareja está de acuerdo para que este lo firme y en un lapso de dos semanas el divorcio es efectivo. Este procedimiento es habitual en parejas de unos 50 años que llevan casadas muchos años y que tienen hijos mayores.
Otro tipo de separación que ha aumentado de manera destacada durante este 2020 ha sido el relacionado con las parejas de hecho. Como no existe un protocolo establecido para estos casos, se suele tratar como un divorcio de manera jurídica cuando hay niños de por medio. Al fin y al cabo, los niños tienen los mismos derechos estén sus padres casados o no.
Del mismo modo, la mayoría de los murcianos se ven perjudicados en sus separaciones por la falta de un acuerdo prematrimonial. Se trata de una práctica que se está empezando a popularizar entre parejas con un alto nivel económico, por lo que aún tienen que transcurrir varios años para que este aumento en los acuerdos comience a influir en las separaciones.
A pesar de los distintos tipos de divorcio que hay a disposición de las parejas, ahora mismo hay una gran cantidad de personas que no se atreven a dar el paso por el coste que supone tener que mantener otra casa, la manutención de los hijos y demás costes derivados de la separación. La vocal de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), María Dolores López-Muelas, asegura que las personas que han perdido su trabajo o se encuentran en un ERTE ahora no pueden afrontar la crisis familiar que desencadena un divorcio.
Asimismo, recuerda que durante la crisis del 2008 esto fue un fenómeno habitual en toda España, donde bajó notablemente el número de divorcios. Sin embargo, la Región mantuvo su número de separaciones estables en este periodo.
Por otro lado, es imposible concretar un perfil para las parejas que deciden separarse. Es cierto que a los 40 o 50 suele producirse una crisis familiar, pero también es habitual que se produzcan divorcios entre gente joven que lleva pocos años casada, porque no se plantean tanto la necesidad de preservar la pareja. En conclusión, se han separado por igual las parejas independientemente de su género o edad.
Hacienda interpretaba que la exención fiscal por venta de vivienda habitual solo podía aplicarse al cónyuge que vivía ahí