CARTAGENA. El verano es la época del año que los comerciantes de La Manga y Cabo de Palos esperan con más ganas. La población durante toda la semana crece exponencialmente y el movimiento en la calle es indispensable para generar ventas. Tras unos años a un nivel más bajo, como toda actividad económica, motivada esta situación por la pandemia de covid, parece que el nivel ha vuelto a ese 2019 donde el mundo no sabía la que venía encima.
"Creo que estamos al mismo nivel del año pasado en cuanto a afluencia y ventas. Todo esto habrá que verlo en el balance final de verano, porque suele haber picos a lo largo de julio y agosto y lo importante es el balance final", comenta el presidente de la Asociación de Comerciantes de La Manga y Cabo de Palos, José Espinosa. Un aumento de la afluencia que no siempre se traduce en un mayor nivel de ventas. "Te diría que no tiene mucho que ver que haya más o menos gente. Por eso las grandes superficies triunfan siempre. En Cabo de Palos hay mucha gente y los fines de semana es también una locura, como fue el año pasado. Entonces la comparación de este año hay que hacerla más, porque el año pasado fue como la explosión tras dos veranos con la gente contenida. En este sentido, somos moderadamente optimistas de que sea un buen verano".
Entre las novedades para los comerciantes se encuentra la nueva plaza Bohemia en el kilómetro 3 de La Manga. "Era una obra que hacía falta, con la que se le ha dado más espacio al peatón y más aire a la plaza", apunta Espinosa, quien también aplaude la transformación de la Calle Dársena (donde está el Peque Park y diferentes negocios) para lograr más plazas de aparcamiento.
Eso no significa que sea más fácil encontrar aparcamiento, según comentan diferentes vecinos, ya que si bien es verdad que se han aumentado las plazas 'legales' en la calle del Peque Pak -ya que ahora son en batería-, se han eliminado las 'ilegales' que propiciaba la mediana que se ha quitado (siendo común que se aparcarse a ambos lados de la misma, aunque no estuviera permitido).
Sobre estas obras en la Calle Dársena, Elena Chacón, de la Asociación vecinal de Cultura, Ocio y Deporte de La Manga, comenta que ha perjudicado a los comerciantes al meterse casi en el verano. "Por favor, que nos tengan en cuenta a los comerciantes y las obras las hagan en invierno, que hay muchos meses que para nosotros no son temporada alta", pide esta vecina que, por otro lado, considera positiva la remodelación de toda la zona... a excepción del cambio de dirección que se ha producido para acceder en coche a la Plaza Bohemia, que "está produciendo confusión y parones".
Por su parte, Ignacio Martialay, propietario de la tienda marinera La Botavara, considera que lo lógico es que a una zona comercial como es la Plaza Bohemia se acceda por su vía principal, que ahora es un carril de salida, provocando que muchos conductores se equivoquen y se metan en dirección prohibida. Tampoco se muestra satisfecho con la zona de aparcamiento de la plaza, que se transforma en "un caos", y señala la falta de sombra por arbolado o toldos, lo que hace que la zona no sea frecuentada hasta que cae un poco el sol (los árboles artificiales que se han colocado, apunta, no lo resuelven). Este empresario considera que se ha dado un paso para mejorar la zona, pero que se podría haber hecho mucho mejor si se hubieran tenido en cuenta las aportaciones de los propios comerciantes.
Entre las necesidades de comerciantes y hosteleros, el presidente de la Asociación de Comerciantes de La Manga y Cabo de Palos apunta a la falta de formación en hostelería y las dificultades en transporte. "Muchos restaurantes tienen que cerrar un día a la semana por falta de personal. Eso evidencia que no hay formación adecuada en este sector. En cuanto a los transportes, hay insuficientes. Además, eso de tener que pagar en efectivo en un sitio turístico de primer orden como queremos ser es un poco arcaico", señala Espinosa.
La falta de hospedaje es otro de los problemas, especialmente para muchos trabajadores. Un problema que se replica en otras zonas costeras turísticas, como las Islas Baleares, incapaces muchas veces de acoger a aquellos trabajadores que van a las islas a trabajar en verano. "Si hubiese un mejor transporte, muchos trabajadores podrían alojarse en Los Belones, Los Nietos…o poblaciones similares. Eso tenemos que resolverlo".