El candidato Kessler

CARTAGENA. La sorpresa ha saltado en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). Una vez celebrado solemnemente el acto de inauguración del curso académico, junto a la universidad de Murcia (UM), todas las miradas estaban dirigidas hacia el acuerdo de financiación plurianual, que ya urge. Al citado acto de inauguración asistió el ministro de Universidades en funciones, el doctor Subirats, quien anunció una dotación de tres mil millones de euros para engrasar los nuevos gastos que acarreará la aplicación de la nueva ley de universidades, cuya elaboración él mismo ha liderado. También asistió el consejero de Universidades, el catedrático Juan María Vázquez, que conoce sobradamente el sistema académico regional y ha demostrado en varias ocasiones un acertado criterio al abordar las decisiones a tomar en relación con la investigación y las universidades. Por si todo eso fuese poco, este año se celebraba el vigésimo quinto aniversario de la fundación de la UPCT, histórico acuerdo aprobado por unanimidad en la Asamblea Regional, tras un apasionante debate de la ley que, propiciada por la consejera Cristina Gutiérrez Cortines, regulaba la creación y funcionamiento inicial de esa universidad. Con tal motivo, la rectora, Beatriz de Miguel, hizo un emocionante y detallado memorial de los sucesivos pasos que la UPCT ha ido dando desde su creación, con cierto énfasis en la rehabilitación y adaptación de los edificios históricos militares cartageneros para realizar las tareas de la naciente universidad. Unos edificios, por cierto, que ya requieren algunas inversiones de mantenimiento, pues empiezan a mostrar lo que los ingenieros llaman fatiga de materiales.

Pues bien, a los pocos días del acto de comienzo de curso, y forma inesperada para casi todos los miembros de la comunidad universitaria, el profesor Mathieu Kessler, un competente matemático, anunció en privado a la rectora su intención de presentar su candidatura a las próximas elecciones a rector. Se trató de un gesto de cortesía al que no estaba obligado, por lo que constituye una doble buena señal. Por un lado, un propósito de jugar limpio y sin innecesarias crispaciones durante la etapa electoral. Por otro lado, un síntoma de vitalidad universitaria, pues revelaría cierta atonía o desinterés que nadie aspirase al máximo puesto universitario. Como nada indica que la actual rectora vaya a desistir de presentarse a reelección, ni se detecta ninguna clase de descontento generalizado con su gestión, es probable que haya al menos dos candidaturas en esta ocasión.

El candidato Kessler, que goza de simpatías en algunos sectores estudiantiles, ostenta cuatro sexenios de investigación evaluados positivamente, lo que le confiere cierta garantía de calidad, sin llegar a apabullante. Licenciado en Matemáticas por la universidad Diderot y doctor en Estadística por la universidad Pierre y Marie Curie, ambas parisinas, Kessler ha mostrado bastante capacidad para colaborar con profesores de otras materias, cuyas investigaciones se han beneficiado de sus conocimientos estadísticos avanzados. En la última etapa se ha decantado por investigaciones más aplicables a la industria, una misión típica de la UPCT.

Siendo todo esto todavía bastante prematuro, será interesante comprobar si tanto Beatriz como Mathieu comparecerán finalmente a las elecciones. Aunque la rectora tenía previsto renovar parcialmente su equipo, el armazón básico, ya conocido, permanecería en la siguiente legislatura. En cuanto al equipo de su posible competidor apenas se sabe nada, ya sea porque todavía no ha empezado a reclutarlo, ya sea porque lo ha llevado con la máxima discreción. Haya o no renovación rectoral, solo cabe desear que todo sea por el bien de la UPCT. La ciudad, la región y la nación se lo merecen.