Foto: Frecom.CARTAGENA. El confinamiento al que la pandemia nos obligó a toda España cuando el coronavirus se expandió a niveles insostenibles obligó a todo el mundo a tener que disfrutar, o soportar, las casas. Lugares que, en el frenesí del día a día, carecían de importancia, de la noche a la mañana se convirtieron en el único sitio en el que podías hacer vida. Esto motivó que muchas familias se replantearan el modelo de casa en el que querían vivir cuando la pandemia amainara. Después de un año y medio sin el coste de viajar, con menos salidas, los ahorros se han destinado bien a comprar casa de segunda mano o bien a reformar la que tenían. Gran parte de la población tenían clara una cosa: la casa debía tener unas condiciones óptimas para poder hacer más vida que la de sitio para dormir.
"Las reformas han subido un montón. Un 500%. Una barbaridad", señala Diego Costa, que con su empresa de reformas afirma que no le va a faltar trabajo hasta enero de 2022. “Está el sector muy desbordado. Nos faltan empresas con la que poder trabajar para las reformas que nos encargan”, confirma Ana María Díaz, de AZ55 Arquitectura. “Estas fechas normalmente son proclives a que se lleven a cabo reformas. La gente se prepara para ir a su casa de verano y quieren llevar a cabo una reforma. Y, por otro lado, aprovechan en verano para arreglar su casa de invierno. La mayoría de los años pasa esto", matizan por su parte desde Delta Reformas.
Sin embargo, el sentir entre los profesionales del sector es que, el confinamiento ha cambiado la mirada con la que se veía la vida en casa. "Ahora si es cierto que piden más abrir espacios, terrazas. Se dan más ampliaciones que antes”, cuenta Diego Costa. “En el caso particular de Cartagena, se da el caso de que está en expansión. Hay casas ‘baratas’, pero que necesitan una reforma. Hay que tener en cuenta que llevamos un año en el que se gasta menos porque se viaja menos, se va menos al cine, las salidas son más escasas…Todo eso hace que el ahorro de los hogares aumente y se dedica a mejorar la casa habitual y paliar esas carencias que, antes, no tenían para nosotros una gran importancia”, afirman Díaz.
Un aumento que, señala, la arquitecta, se produjo justo cuando, después de 10 días, la actividad de la construcción se pudo retomar. “Nosotros éramos tres y ahora somos diez en plantilla. No sólo de diseño, sino todo lo que tiene que ver con el sector de la construcción ha aumentado su actividad. Nosotros somos de Cartagena, pero incluso gente de Murcia me ha pedido si puedo mandar a obreros allí para que lleven a cabo trabajos”, señala la arquitecta de AZ55.
Este aumento de los encargos ha conllevado la necesidad de contratar más mano de obra cualificada. Algo que no es tan fácil de encontrar. "El aumento de trabajo hace que se meta a trabajar gente que, en realidad, no está preparada", afirma Ana María Díaz. "Estamos escasos de gente. Necesitamos mano de obra cualificada porque una reforma es un trabajo sensible, el cliente debe estar a gusto. No es cualquier trabajo. Necesitas que el trabajador, en cierta forma, sea autosuficiente y sepa ejecutar lo que se le pide. Y esto no es tan sencillo de encontrar", señalan desde Delta. Tras el confinamiento, ya no queremos cualquier casa. Las reformas encuentran en este 2021 un mayor volumen de trabajo inesperado.
