CARTAGENA (EFE). Ser un niño prodigio de la música es algo que hay que llevar con mucha cabeza cuando se va creciendo, y así lo defiende el cartagenero Raúl Vidal -El Balilla-, que lo califica como "una bendición", y afronta su carrera con la cabeza fría de quien con solo 9 años ganó 'La voz kids’ y ya tiene cinco discos en el mercado.
En Sevilla, empieza la entrevista aclarando de dónde viene su apodo, y dice que, aparte de que nunca se está quieto, "a mi padre siempre le han dicho El Bala", de modo que él ha heredado el diminutivo, y lo lleva con orgullo y casi como marca de calidad.
Musicalmente, este cartagenero de solo 20 años está recorriendo España para contar las virtudes de El hechicero, el adelanto de su sexto álbum, estrenado este miércoles, y sus primeras reflexiones le hacen mirar atrás una década, y analizar el concepto de niño adelantado a su tiempo en la música. "Al comienzo de mi carrera me dieron un premio al niño prodigio de Cartagena y desde entonces ha sido toda una bendición", sentencia.
Por eso, con la perspectiva que le da una carrera tan larga a una vida aún tan corta, dice que todo lo que tiene que ver con la música lo mira "con mucha energía, mucho cariño", porque la música, "al fin y al cabo es algo muy bonito y algo que la vida te da".
Sin embargo, no es camino de rosas, y señala que hay que trabajar "luchando, estando siempre al pie del cañón con una buena disciplina, trabajando duro, y aplicando lo que he aprendido en estos años, muchísimas cosas", y siempre teniendo en cuenta que una carrera que empieza con un éxito televisivo a los 9 años "tiene muchos condicionantes", entre ellos "el cambio de la voz, el cambio físico, el cambio de muchísimas cosas".
La primera vez que El Balilla se dio a conocer en 'prime time' televisivo fue en La Voz Kids, cantando la canción Como el agua de Camarón de la Isla, y casi sin darse cuenta ya lleva a sus espaldas cinco trabajos discográficos en el mercado, más de 380 conciertos por toda la Península, y unos números arrolladores en digital, contando con más de 50 millones de reproducciones de 'streaming' y más de un millón de seguidores en sus redes sociales.
Con El hechicero saca toda su esencia, con una producción totalmente personalizada, estilos de sonidos fusionados de los años 80 con los urbanos actuales y el flamenco siempre como base, y fusionándolo todo se ha llegado "a un sonido diferente, sin perder su esencia", narrando cómo el poder del amor sigue existiendo en el siglo XXI.
Raúl cuenta con galardones como el 'Premio Latino' de 2023 o 'La voz más joven del flamenco', que le será entregado el próximo 31 de mayo en el Gran Teatro Antonio Gala en Alhaurín El Grande (Málaga), y con dos décadas de vida admite que, para todo lo que tiene encima, "tienes que estar bien preparado y tener la mente siempre bien puesta en su sitio para, para que el día de mañana puedas estar bien, que es lo que me ha pasado a mí".
Y todo, definiéndose como "una persona sencilla", que solo pide "que sigamos girando por toda España y parte del mundo, que mi música pueda llegar al máximo de personas para que puedan escucharla y que entiendan más o menos el mensaje que yo quiero dejar".
Su intención, de hecho, es que tanto su personalidad como su arte "se queden en los corazones de las personas", y con su nuevo tema por delante "y disfrutando mucho de lo que hemos sacado como nueva canción", afronta un año 2024 con la perspectiva de quien sabe que una buena parte del éxito se basa en su disposición a hacer las cosas bien desde una buena actitud.