VIENTO DE LEBECHE / OPINIÓN

Educación: apaga el ventilador

9/11/2020 - 

MURCIA. Mi buen amigo Juan me contaba hace años una anécdota, supongo que verídica, relacionada con su llamamiento a filas para realizar el Servicio Militar.

Juan había alegado una dolencia estomacal para poder quedar exento del servicio. En aquella época a todos los reclutas que alegaban cualquier motivo de salud para librarse de la prestación los llevaban al Hospital Militar de Cartagena, lo que ahora es la UPCT, para que allí pasaran el pertinente reconocimiento médico. Gran parte de ellos hacían noche en el hospital en grandes estancias con varias camas a la espera de pasar por el trance al día siguiente.

Me contaba Juan que, en el camastro al lado del suyo, le tocó en suerte otro individuo que no paraba de maldecir y murmurar todo el tiempo con los ojos desorbitados y enrojecidos: "Yo me tengo que librar; yo estoy loco y me tengo que librar, si no voy a hacer una locura". Así todo el rato, una y otra vez.

"se transmite que el resultado va a ser igual para todos: Pasar de curso. Da igual el esfuerzo, las ganas de aprender, la constancia. Da igual cómo se aproveche esa igualdad de oportunidades"

Como era verano y hacía mucho calor, habían colocado en la estancia un gran ventilador con el fin de refrescar el ambiente. En uno de sus arrebatos, al compañero de Juan le dio por decir: "Estoy loco y me tengo que librar. Voy a ir al ventilador y la meto allí y me la corto. Verás cómo así me libro". Y cada cierto tiempo iba repitiendo esta letanía. El lector avispado ya sabrá  que es lo que quería meter entre las aspas.

En estas estaban cuando pasó por allí un sargento revisando si todo estaba en orden y Juan le comentó lo que estaba pasando: "Veo muy mal a este chico. No para de gimotear y decir que se la va a cortar con el ventilador: yo creo que no está bien de la cabeza y es capaz de cualquier cosa".

El sargento, después echarle un vistazo al individuo que gimoteaba, le comentó a mi amigo que no se preocupara, que ya tenía la solución. Juan pensó que el sargento hablaría con él, lo tranquilizaría y posiblemente lo llevaría a hablar con el médico de guardia o con un algún psicólogo, si es que había alguno por allí. Sin embargo, para sorpresa de mi amigo, el sargento dejó de mirar al individuo sin decirle ni una palabra y volviéndose hacia la puerta de la estancia exclamó en voz alta dirigiéndose al soldado que la guardaba: "¡Soldado! Vaya al ventilador, desenchúfelo y lléveselo al almacén". El soldado lo hizo y el sargento –satisfecho– se volvió hacia Juan y le dijo: "Asunto arreglado. Éste ya no se la corta con el ventilador. Buenas noches".

Me he acordado de esta anécdota cunado he leído estos días atrás, que en la nueva Ley de Educación que se está tramitando se está considerando, entre otras cosas, que los alumnos puedan pasar de curso independientemente de que aprueben un determinado número de materias o no.

No soy pedagogo  y por lo tanto sólo hablo como usuario y padre de usuarios del sistema educativo en todos su niveles .La Educación es uno de los pilares básicos en que se debe asentar cualquier sociedad democrática, y elemento fundamental para que de verdad exista la igualdad de oportunidades. Se han de poner todos los medios para que todos sin excepción tengan el derecho a una educación de calidad, que sea capaz de promover y sacar a relucir las aptitudes y capacidades de cada uno de modo que nadie que quiera se quede atrás por razón. 

Un buen sistema educativo es determinante para la adquisición de conocimientos que permitan el avance y desarrollo de la sociedad y sus individuos. Pero tan importante como eso es que sea capaz de despertar el deseo entre estos individuos de adquirir dichos conocimientos y sea capaz de destapar las potencialidades de cada uno y la capacidad de pensar  por sí  mismos con espíritu libre y crítico. Creo firmemente que también se debe de tratar de fomentar el espíritu del esfuerzo y la constancia para, una vez se ofrecen las oportunidades, sacar el mejor rendimiento a las mismas. Cada uno dentro de sus capacidades y potencialidades.

El problema es que creo que a veces se confunde igualdad de oportunidades con igualdad de resultados. Y lo que se está transmitiendo con los mensajes que se lanzan desde el Ministerio es que el resultado va a ser igual para todos: "Pasar de curso". Da igual el esfuerzo, las ganas de aprender, la constancia, etc. Da igual cómo se aproveche esa igualdad de oportunidades. Es más: me parece una falta de respeto a los maestros que día a día se esfuerzan para que sus alumnos aprendan.

En España tenemos un grave problema de abandono escolar y en vez en vez de tratar de analizar e importar las mejores prácticas de aquellos países que se sitúan con los mejores ratios educativos, lo que se ha hecho es bajar y bajar el nivel de exigencia cada vez más para tratar de mejorar esos ratios de fracaso escolar.

En definitiva, el Ministerio o la Ministra han actuado con el mismo esquema mental con el que lo hizo el sargento del Hospital Militar. "¿Que hay que bajar los índices de repetición y fracaso escolar? Pues ya está. Aquí no repite nadie. Por decreto. Asunto arreglado. Estadística mejorada". O sea: "Apaga el ventilador. Aquí no se la corta nadie".

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