MURCIA. Dos Alcaraz en Río de Janeiro, donde la próxima semana se disputará el ATP 500 en el que Carlos debutó con triunfo hace dos años en el circuito ATP World Tour.
El joven jugador de El Palmar, de 18 años y número 29 del mundo, ya se encuentra en la ciudad de las playas de Copacabana e Ipanema, pero más que disfrutando de sus arenas blancas y sus transparentes aguas machacándose en la tierra batida del Jockey Club Brasileiro para llegar a punto a este campeonato.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero, que viene de hacer tercera ronda en el Abierto de Australia -en Melbourne venció a Alejandro Tabilo y al serbio Dusan Lajovic y cayó en el "súper tie break" del quinto set frente al italiano Matteo Berrettini-, guarda un grato recuerdo de Brasil y es que allí, en febrero de 2020, antes de que se declarara oficialmente la pandemia del coronavirus, se estrenó en un torneo ATP. Fue como invitado y aprovechó la oportunidad para ganar al también español Albert Ramos para en la siguiente ronda caer frente al argentino Federico Coria.
Entonces Alcaraz, con apenas 16 años, ocupaba la posición 406 del ranking y sorprendió al que estaba en la 41 ganándole en tres sets por 7-6 (2), 4-6 y 7-6 (2).
Hoy, dos años después y pese a su juventud, el murciano está consolidado entre los mejores y pocos ya cuestionan que vaya a ser uno de los que dominen este deporte en la próxima década.
En Río Carlos tiene un nuevo acompañante, otro Alcaraz. Es su hermano mayor, Álvaro, de 22 años y también tenista, con el que está entrenando en la pista. Así lo ha mostrado a través de sus redes sociales colgando varias fotografías de ambos y con el resto del equipo que se ha desplazado hasta tierras brasileñas.
El "fichaje" del mayor de la saga como sparring es un refuerzo más para la sensación del tenis mundial, un tipo familiar que de buena gana también se llevaría a sus giras por el planeta a sus otros dos hermanos, Sergio, de 12 años; y Jaime, de 10, quienes igualmente empuñan la raqueta y muestran condiciones y ganas para seguir los pasos dados por sus mayores y también por el padre, Carlos Alcaraz González, quien fue tenista profesional y en la actualidad ejerce como entrenador.
La familia Alcaraz Garfia está, como se ve, muy vinculada a este deporte, el cual Carlos hijo abandera con éxitos y valores.
De hecho, hace unos días fue premiado en la V Gala de El Desmarque Mediaset. Recibió el galardón en el epígrafe proyección y compartió protagonismo con el piloto de automovilismo Fernando Alonso, el golfista Sergio García, la atleta Ana Peleteiro, la piragüista Maialen Chourraut, la nadadora Teresa Perales, el ciclista Miguel Indurain y la periodista deportiva Paloma del Río en una ceremonia en la que el fútbol se llevó la palma con las distinciones a Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Zlatan Ibrahimovic, Diego Pablo Simeone y Alexia Putellas y en la que también hubo reconocimientos para el baloncestista Pau Gasol, la triatleta Susana Rodríguez y el fallecido Manolo Santana, mito del tenis.
Carlos Alcaraz, de El Palmar, ya forma parte de la aristocracia deportiva de este país y va camino de serlo de la mundial.