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RADIOGRAFÍA ECONÓMICA

Dónde vamos, de dónde venimos

9/11/2019 - 

MURCIA. Después de cuatro años de crecimiento económico con un acumulado superior al 16%, la economía murciana vivía en 2018 un golpe que hacía temer un fin de ciclo. El año acababa con un repunte del PIB del 1,5%, la mitad que el registrado en 2017 y el más bajo de todas las comunidades autónomas. Con un valor de 31.259 millones de euros, la economía murciana se sitúa en un duodécimo lugar de las comunidades autónomas; y un décimo tercer puesto en cuanto a renta per cápita se refiere con 21.134 euros.

Aun con estos datos poco positivos, las alarmas no han saltado cuando todo apunta a que ha sido la producción industrial la causante de este ligero freno coyuntural a una marcha en positivo desde 2014. Precisamente la producción industrial, con un fuerte componente en la generación de energía, vivía un retroceso en el año de un 0,7% en la Región frente al repunte de ocho décimas en el contexto nacional.

Así, mientras la producción industrial presentaba unos números rojos que lastraban el crecimiento del PIB, la creación de empleo mejoraba sustancialmente: la tasa de paro descendía desde un 17,2% registrado en 2017 hasta un 15,8% a finales de 2018; y aún se reduce más en el segundo trimestre del presente 2019 hasta situarse en el 13,4%, cinco décimas por debajo de la media española, lo que demostraría una evidente progresión de la economía regional. El número de desempleados según la EPA correspondiente a junio es de 96.000. En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, los trabajadores en alta a 30 de septiembre eran 579.623.

Esta economía presenta dos evidentes fortalezas: de un lado el intrínseco espíritu emprendedor del murciano y de otro su internacionalización. No obstante, la dependencia del mercado exterior puede convertirse al mismo tiempo en su principal debilidad ante el previsible abrupto divorcio del Reino Unido de la Unión Europea y de un comercio exterior cargado de aranceles que pueden desembocar en una clara ‘guerra comercial’ (Kristalina Georgieva, directora del FMI alerta de que este nuevo conflicto podría costar hasta el 0,8% del PIB mundial). Sin olvidar otras circunstancias ajenas como son la recesión de la economía alemana y de las dificultades que atraviesan otros países de la zona euro, el principal destino de las exportaciones regionales.

   

El Brexit es en estos momentos la principal preocupación de los exportadores murcianos. El Reino unido es el cuarto país importador de productos españoles representando, con 18.977 millones de euros en 2018, el 6,5% de las ventas totales: una factura cercana a los 290.000 millones de euros. Del volumen global, ¿cuánto representa Murcia? El año pasado fueron más de 10.743 millones de euros, de los que 994,4 M€ fueron destinados a Reino Unido, el 9,3%, y un crecimiento del 7,7% sobre el año anterior.

Francia, con una economía con un ligero crecimiento del 0,3% en el segundo trimestre del año, es el primer comprador de productos murcianos: 1.397 M€ en 2018 (el 13%); le sigue Italia y su economía estancada (un crecimiento del 0,1% en el II trimestre de 2018), 1.365,4 millones (el 12,7%); y Alemania (que ha entrado en recesión con un descenso de su economía del -0,1%) con 1.043 millones, el 9,7%.

Del conjunto de exportaciones de la Región, 4.911 millones corresponden a alimentación y bebidas; y el grueso se concentra, con 3.240 millones, en frutas y hortalizas, el 30,2% del total. Su transporte hacia el Reino Unido es mayoritariamente por carretera en camiones. A través del Eurotúnel o en ferrys, unos 13.000 camiones parten diariamente desde la Unión Europea hacia las islas; de ellos un millar son españoles, y de éstos, un centenar son murcianos cargados con productos perecederos.

Con estos antecedentes, la incertidumbre es máxima ante el más que previsible endurecimiento de los controles aduaneros, la declaración de mercancías, la posible introducción de una nueva licencia que sustituya a la comunitaria, la limitación de permisos para cruzar el Canal de La Mancha, así como la validez o no de los certificados de competencia profesional para operadores de transporte y conductores (CAP) y nueva documentación específica sobre controles fitosanitarios para ciertos productos alimenticios.

Dificultades aparte, las presentes y las que están por llegar, el dinamismo regional se manifiesta también con el crecimiento de la población pese al retorno de inmigrantes asentados en la Región y la salida de jóvenes al extranjero en los peores años de la crisis. Los 1,48 millones de habitantes de la Región a 31 de diciembre de 2018 son un 2,2% más que los registrados hace una década, un crecimiento que multiplica por cuatro el registrado en el conjunto de España, apenas un 0,5% entre 2009 y 2018

Agricultura

   

El sector agroalimentario (producción y manipulación) se mantiene como la principal actividad económica regional y su aportación superior al 22% al Producto Interior Bruto así lo demuestra. También en términos de empleo, con una cifra cercana al 30%. A lo largo del pasado año, tanto la agricultura como la ganadería han mantenido una tendencia positiva. La excepción durante la última campaña de 2019 la han presentado algunas variedades como el albaricoque o los cítricos en volumen de negocio debido a la fuerte competencia de terceros países.

En parte por la difícil comercialización, en parte por la escasez de recursos hídricos, el empleo en el sector se redujo durante el segundo semestre del año en aproximadamente 3.000 personas.

Turismo

      

La situación del Mar Menor y la negativa campaña que se originó en torno al estado de sus aguas tuvieron en 2018 un impacto perjudicial sobre el turismo en la Región. Es cierto que Murcia recibió 1,6 millones de turistas, la mayor cifra registrada. Sin embargo, no fue más que un 1,1% superior al crecimiento de los dos últimos años, con un acumulado superior al 17%.

Con todo y con ello, su aportación al Producto Interior Bruto regional se situó en porcentajes similares al resto de España -entre el 11 y el 12%-, consecuencia de los esfuerzos realizados en los últimos años, si bien aún no suficientes hasta optimizar el potencial turístico de este territorio tanto en la costa como en el interior.

Mención aparte merece el turismo de cruceros. El Puerto de Cartagena recibió de enero a diciembre del pasado año 228.392 cruceristas, que lo convirtieron en el octavo mayor receptor de este tipo de turistas. En este año, con cifras hasta agosto, en Cartagena han hecho escala 153.428 pasajeros, lo que marca una tendencia de un 2% de crecimiento.

Construcción

  

La construcción recuperó durante 2018 parte del dinamismo perdido en ejercicios anteriores, hasta aportar un 6,15% del PIB regional y 41.000 empleados. En los primeros meses de este año, este crecimiento se ha mantenido, pero a menor ritmo que el precedente.

En el quinquenio 2014-2017 la cifra media anual de nuevas viviendas rondó las 1.100, cantidad que prácticamente se duplicó en 2018 con 2.039; y en este 2019, hasta abril se habían visado 774. El crecimiento, por tanto, se mantiene, si bien a un ritmo inferior.

Confianza

A pesar de unos datos económicos con una tónica general positiva, la percepción generalizada de economistas, empresarios y consumidores no marca el mismo signo.

En el último barómetro de economistas correspondiente a junio de este año se refleja cómo se reduce en cerca de dos puntos quienes reconocen haber mejorado su situación personal en el último año; y aumenta en casi 1,5 puntos quienes declaran que ha empeorado. También cae en cerca de nueve puntos los que perciben una mejor situación económica general con respecto a un año atrás, lo que evidenciaría la pérdida de dinamismo por los diversos factores de incertidumbre mencionados: Brexit, falta de recursos hídricos, inestabilidad política y un sector público de difícil encaje presupuestario con una deuda desbocada y un déficit sobrepasado.

Al igual que los economistas, el indicador de Confianza Empresarial elaborado por la Cámara de Comercio de Murcia marca una tendencia desfavorable influida por la incertidumbre provocada por la inestabilidad del marco político, la elevada carga fiscal y las consabidas necesidades de infraestructuras de agua y transporte.

Este descenso de expectativas afecta especialmente a las exportaciones, tanto por el Brexit como por los efectos de la ‘guerra’ comercial de Estados Unidos con China y la Unión Europea por la aplicación de aranceles en determinados productos.

Un tercer agente económico, el consumidor, también muestra más pesimismo que en meses anteriores. El último Índice de Confianza del Consumidor elaborado por el CIS refleja caídas en dos de sus componentes: situación actual y expectativas de futuro, más acusada aún. Bajan la valoración general de la economía, del mercado de trabajo y la percepción de la situación de los hogares. Y más negativas aún son las expectativas de consumo y de la capacidad de ahorro.

A los problemas derivados por situaciones ajenas se une uno propio que dificulta la intervención de la Administración como agente económico. La realidad es tozuda y apenas hay margen para aumentar el gasto, para lo que es preciso aumentar ingresos y, al mismo tiempo rebajar impuestos.

La deuda pública del conjunto de administraciones del Estado ha superado los 1,2 billones de euros -más de 26.000 por habitante-, lo que representa por encima del 98% del PIB. En el caso de la Comunidad Autónoma de Murcia, su deuda roza los 10.000 millones de euros, el 30,7% del PIB; en tanto que el déficit hasta septiembre era de 400 millones de euros, el 1,23% del Producto Interior Bruto, cuatro veces más que el límite fijado para todo el año 2019.


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