AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

¿Dónde está la ONU?

19/09/2023 - 

Acabamos de ver cómo una parte de nuestro vecino del sur ha sido derruida por un terrible terremoto. También hemos observado cómo un fenómeno (entre huracán y tifón), más propio del Caribe o del sudeste asiático, ha devastado otro país vecino de la ribera mediterránea. En ambos casos las cifras de muertos se cuentan por miles, y también en los dos episodios se ha visto un gran ausente: las Naciones Unidas.

Porque hace ya casi 80 años nació la ONU como organización internacional de seguridad, que, como recoge el preámbulo de su Carta fundacional de 1945, con una idea muy clara de "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles" (se refiere a las dos guerras mundiales). Por eso el primer propósito, según su artículo primero punto 1 es, "mantener la paz y la seguridad internacionales". 

A consecuencia de lo anterior se crearon los cascos azules y las misiones internacionales de paz, que se basan en su capítulo VI "Arreglo Pacífico de controversias", cuando los países o partes en conflicto llegan a un acuerdo, o en su capítulo VII "Acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión", cuando la paz se debe de imponer a las partes, e incluso estas misiones se pueden externalizar en otras entidades u organizaciones regionales según su capítulo VIII "Acuerdos Regionales".

Ahora mismo llevamos años, no, más bien décadas escuchando y leyendo sobre los objetivos medioambientales de la ONU. Desde los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fijados en el año 2000, con su objetivo 7: "Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente" o en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, aprobados en 2015, que, además de tener un objetivo concreto el 13º "Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”, impregna (ese medio ambientalismo) una gran parte de los otros objetivos.

Por otra parte, también (y a consecuencia de lo anterior) se ha popularizado un concepto como es el de refugiado medioambiental o climático. Y en los foros internacionales de lo políticamente correcto se considera el cambio climático como la gran amenaza actual para la Humanidad, algo que por otra parte ha existido siempre. Este cambio climático ha permitido (en parte) la aparición de nuestra especie Homínida, e incluso, sobre todo, la aparición de nuestra civilización urbana hace varios miles de años, entre 6 y 8, pues son datos relativos en continua revisión, y que ciertos descubrimientos arqueológicos van alterando, como Göbekli Tepe en Turquía, con más de 6 milenios que Stonehenge, y 6,5 que las Pirámides de Egipto. Porque gracias a la desertización de grandes zonas de la tierra y la paulatina concentración, de la población dispersa previa, a lo largo de los grandes ríos como el Nilo, Tigris e Éufrates, Indo, el amarillo, etcétera., aparecieron las primeras ciudades.

Pero claro, una cosa es predicar y otra es dar trigo: mucho prohibir, o "recomendar" no comer carne, los hidrocarburos, la energía nuclear y el carbón (hasta que el gaseoducto Nord-Stream saltó por los aires, perdón implosionó dentro del agua, no se sabe por qué, ni por quién), atacar a los coches y motocicletas favoreciendo a las bicicletas que también colisionan con los peatones, o la peatonalización de las urbes o "las ciudades de los 15 minutos" muy sostenibles pero que crearán guetos, etcétera., etcétera., etcétera., pero los embajadores y defensores de esa Agenda 2030 y sus ODS aprobados por los miembros de la ONU o no se lo creen o les importa realmente poco la Humanidad, o son incapaces o no saben no contestan; pues si cuando creían que la principal amenaza era la guerra crearon los Cascos Azules y las misiones de Paz, en la actualidad cómo no crean (o coordinan) unos cuerpos de emergencias para combatir la amenaza climática y sus consecuencias, como se ha visto estos días en Marruecos y Libia.

Porque independientemente del nivel de desarrollo del país, de la responsabilidad de sus líderes (como también hemos visto estos días), no existe nación en el mundo que ante un caso de catástrofe natural pueda recuperarse sola. Necesita ayuda de todo el mundo, como por ejemplo les ocurrió en 2005 a los norteamericanos con el huracán Katrina, que recibieron una gran ayuda de México en un nivel Macro; al igual que a un nivel Micro ocurre en España, pues cuando las emergencias sobrepasan los medios autonómicos y locales, acude la Unidad Militar de Emergencias, ante la alegría de los afectados. 

No hay nada como aprender en cabeza ajena. Lástima que algunos parecen cortoplacistas, o tienen falta de altura intelectual para ver más allá de sus cuentas bancarias, y de las próximas elecciones.

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