CARTAGENA. La pandemia que emergió en marzo como un huracán que lo arrasó todo a su paso dejó la evidencia de la necesidad de estar en internet. De tener presencia en la red. De estar aquí y allí. Una digitalización de diez años se ha llevado a cabo en menos de seis meses, siendo la tabla de salvación de muchos negocios. Empresas que hace diez meses no creían necesario tener presencia online, meses después han visto como era irremediable tener una página web, redes sociales y la posibilidad de vender de forma online.
"Muchas empresas que antes no querían tener página web, con la covid-19 han visto que necesitaban estar", señala Jaime Ponce, de Fellas, un estudio creativo de Murcia especializado en diseño web y marketing digital que nació en el mes de mayo y que ha visto como en estos meses no ha faltado trabajo. "Hasta ahora si tenías redes sociales era porque te iba bien, pero era digamos un ‘bien de lujo’. Con la pandemia muchos negocios han visto que se tenían que poner las pilas", añade Nathalia Hernández, que junto a Rafa Marín dirige Ironía Comunicación, una agencia de comunicación digital de Cartagena donde crean contenido para distintas empresas, desde el logo hasta determinadas campañas promocionales.
Las restricciones a la movilidad han supuesto todo un reto para muchos negocios anclados en el espacio local, teniendo la necesidad de mostrar algo más que la simple venta al vecino del barrio o de la ciudad. "Con el coronavirus, se ha hecho imprescindible tener una imagen en internet. Estar en internet te permite poner tu negocio en cualquier parte del mundo sin moverte de tu oficina", afirma Ponce. "Dando contenido y generando interacción en redes, también puedes mostrar quién está detrás del negocio. En una empresa familiar, por ejemplo, es una forma de mostrar más cercanía", añade Hernández.
En el caso de Ironía Comunicación, fue el encuentro entre Rafa y Nathalia lo que derivó en esta empresa que ahora forma parte de su día a día. "Yo soy diseñadora de moda y Rafa es, originalmente, fotógrafo. Empezamos llevando las redes sociales del Magoga, creando contenido para ellos y poco a poco hemos ido ganando clientes. Con el cierre de la hostelería nos asustamos un poco porque pensamos que muchos clientes de este sector se nos iban a caer. Fue todo lo contrario, ahora tenemos más trabajo que nunca", afirma Nathalia. "Lo que más nos piden son fotos y vídeos para poder enseñar los productos. Sobre todo, es enseñarles cosas que a ellos no se les ocurren, como campañas promocionales".
A pesar de la evidencia y la necesidad de agilizar muchos proceso que ha puesto sobre la mesa la pandemia, la burocracia sigue siendo un lastre a la hora de poner en marcha cualquier negocio. "Yo viví en Australia y para darte de alta de autónomo y poner en marcha una empresa tardas un día como máximo. Aquí en España, en el caso de Fellas, fui a darme de alta el 1 de julio y hasta el 28 de agosto no pude recoger los papeles que certificaban que ya estábamos registrados. Existe excesiva burocracia. Es poner zancadillas a gente que quiere emprender", señala Ponce. Una ayuda que instituciones como el CEEIM (Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia), el Info o el CEEIC (Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena) tratan de aportar al tejido emprendedor de la Región. "A nivel de imagen, el Info nos da mucho. Se mueve bastante para ayudarnos a que nuestro negocio funcione", afirma Ponce. En el año de la pandemia, la digitalización llegó para quedarse.