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Derecho a disentir

5/11/2022 - 

MURCIA. Últimamente, discrepar de las teorías que algunos pretenden adoptar como oficiales está mal visto. Se intenta estigmatizar a los que opinan de manera distinta a la que determinados grupos han establecido como verdades incuestionables. Incluso se llega a censurar, perseguir o ridiculizar a quienes mantienen opiniones contrarias con tal de imponer el pensamiento único.

Toda opinión que coincida con lo que para algunos es lo correcto es difundida, aplaudida y financiada; mientras que opiniones contrarias, aunque estén científicamente fundadas, son perseguidas o silenciadas. Se aplica la vieja y preocupante idea de que una cosa repetida muchas veces se convierte en verdad aunque sea falsa.

La nueva cultura climática plantea una especie de apocalipsis provocado por los continuos ataques de la humanidad al planeta tierra. No se trata de aprovechar los avances científicos y tecnológicos para mejorar la calidad de vida de las personas, sino implantar un cambio radical de nuestra vida tal como la conocemos.

Se repiten continuamente los términos sobrepoblación, recursos sobreexplotados, la tierra se muere, la naturaleza ya no es capaz de más, …etc. Todo ello asociado a la culpabilidad social.

"nuestro planeta está sometido a continuos cambios por su propia naturaleza y la influencia del sistema solar"

Es incuestionable que la actividad humana y el progreso inciden en el ecosistema terrestre y que son necesarias acciones para mitigar su efecto y asegurar un futuro sostenible. Sin embargo, hay que tener en cuenta que nuestro planeta está sometido a continuos cambios por su propia naturaleza y la influencia del sistema solar. A modo de ejemplo, las emisiones naturales de volcanes inciden cuantitativamente mucho más en el ecosistema que las debidas a la actividad humana.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible nadie los discute, pero el itinerario para alcanzarlos es y debe ser objeto de debate. La necesidad de una agricultura intensiva que produzca alimentos para todos y genere empleo y arraigo en la población rural debería ser evidente. El planeta tiene agua suficiente para todos, está mal gestionada y es necesario una planificación hidráulica sostenible para aprovechar y generar agua limpia y accesible.

Hasta hace pocos años, era una minoría quien se atrevía a discrepar de los postulados oficiales, pero cada vez más se alzan voces cualificadas que contradicen las verdades que algunos planteaban como  incuestionables.

Se han creado multitud de comités y grupos científicos para fundamentar las decisiones políticas, obviando en muchos casos los conflictos de intereses ideológicos y económicos de quienes forman parte de dichos comités, mientras que se intenta desacreditar a los científicos que disienten.

"El debate riguroso, basado en criterios científicos contrastados, debe servir para encontrar las soluciones"

La transición energética justa puede ser una realidad si hay voluntad y sentido común a la hora de plantear iniciativas social y económicamente viables y que incorporen a los países menos desarrollados. No hay que repetir fracasos medioambientales como el que supuso, hace unos años, la iniciativa de sustituir el cultivo de productos agrícolas de alimentación por los destinados a la producción de biocombustible, provocando un déficit alimentario a muchos países asiáticos y sudamericanos.

Los grandes avances de la humanidad han estado marcados por la capacidad creativa y disruptiva de quienes, superando dificultades y hasta persecuciones, consiguieron superar teorías preestablecidas, no conformándose ante el pensamiento que en cada momento se daba como único posible.

El debate riguroso, basado en criterios científicos contrastados, debe servir para encontrar las soluciones más adecuadas a los problemas medioambientales que se plantean, permitiendo compatibilizar la actividad humana con nuestros ecosistemas naturales.

Discrepar es no solo lícito, sino necesario en una sociedad que quiera avanzar hacia un futuro mejor. La confrontación de ideas, con respeto y rigor, posibilita encontrar soluciones. Censurar, descalificar o coaccionar a quienes opinan los contrario solo dificulta el progreso y bienestar. Con argumentos se puede y se debe disentir. Frente a la dictadura del pensamiento único: Libertad e independencia.

Miguel Ángel Cámara Botía

Catedrático de Química Agrícola

Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica

Universidad de Murcia

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