Del Oceanográfic a Calblanque: diez tortugas bobas regresan al mar tras un año en cautividad

CARTAGENA. Diez tortugas han vuelto a su medio natural en Calblanque, tras ser criadas durante un año desde su nacimiento en las instalaciones del centro del IMIDA de San Pedro del Pinatar y el Oceanográfico de Valencia. Forman parte de las 21 tortugas que nacieron hace un año, en la misma playa donde se han soltado, Cala Arturo, tras el aviso del presidente de la asociación de vecinos de Cobaticas sobre un nido con huevos y la activación del protocolo que permitió la eclosión de los huevos y la cría de las tortugas en cautividad de manera segura.

"Para el Ayuntamiento de Cartagena es un auténtico privilegio que Calblanque sea cobijo de estas tortugas bobas y ser testigo de este hecho histórico, porque hacía muchos años que no se producía este fenómeno" ha señalado la concejala de ciudad sostenible y proyectos europeos, Cristina Mora, quien además ha resaltado "la coordinación fundamental entre administraciones y la colaboración de los vecinos".

Por su parte, el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, ha explicado que en total son "21 tortugas las que se van a soltar, tanto ahora como en días posteriores. Todas llevan un chip incluido y tres de ellas cuentan con un geolocalizador, lo cual permitirá conocer y estudiar las trayectorias de estas tortugas. 

El principal objetivo era criarlas en cautividad para que alcanzarán el tamaño mínimo que redujera el riesgo de ser prepredadas". 

"Solo sobrevive uno de cada mil que nace, por lo que los primeros días son cruciales pues cualquier pez, gaviota, cangrejo... podría alimentarse depredando a los neonatos de tortuga boba", ha puntualizado el el responsable del área de conservación de la fundación Oceanográfic, José Luis Crespo.

La tortuga boba (Caretta caretta) es una de las especies de tortugas marinas del Mediterráneo. Vive hasta los 80 años, puede alcanzar entre 70 y 120 cm según la población de origen y es una gran migradora.Se clasifica como 'vulnerable' según el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas y como 'en peligro' para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).