EL PASICO DEL APARECIDO / OPINIÓN

De ranas, golfos, celosos y sinvergüenzas

19/10/2022 - 

CARTAGENA. Los paseantes que sigan de cerca las vicisitudes políticas de nuestra región habrán leído estos días toda una serie de análisis, artículos y declaraciones sobre la degradación de la Asamblea Regional. El motivo próximo, según estos herederos del profeta Jeremías, es la incorporación al Grupo Mixto de tres diputados y una diputada provenientes de Vox. El motivo remoto reside en que la Asamblea estaría repleta de sinvergüenzas, tránsfugas y mercenarios, al frente de los cuales figurarían el presidente del gobierno, el cacique Miras, y el de la Asamblea, el vendido Castillo.

"nuestros diputados regionales se han limitado a seguir la letra y el espíritu de las leyes que regulan nuestra democracia"

Se trata de la versión panocha de la acreditada teoría de las ranas, los golfos y los celosos. Cuando los imputados por corrupción del PP proliferaban en Madrid, la presidenta Aguirre declaró que todo el problema consistía en que algunos de sus colaboradores le habían salido rana. Cuando los imputados por malversación del PSOE abundaban en Andalucía, el presidente Chaves declaró que, aunque el reparto de las ayudas era impecable, cuatro golfos desmandados habían engañado a los consejeros. Cuando los altos cargos de CiU se vieron imputados por cohecho, el presidente Pujol declaró que se trataba de un exceso de celo de algunos patriotas catalanistas, perseguidos por la justicia española con ánimo exterminador. Ahora mismo se ha iniciado el proceso contra los dirigentes de IU sevillanos acusados de aceptar sobornos de la empresa de jardinería Fitonovo. Una fuente extraoficial ha declarado que solo pretendían agilizar la reposición de los espacios verdes y, error bienintencionado, recabar fondos para ayudar a Cuba.

La idea siempre es la misma. El sistema funciona bien, pero algunos desaprensivos se aprovechan de los resquicios legales, o del exceso de trabajo de los supervisores, para cometer tropelías, no siempre malintencionadas. De hecho, si van en pro del partido o de algún régimen amigo, son incluso loables. Es lo que Pablo Iglesias, cuando recibía dinero de la teocracia iraní para su emisora, llamaba cabalgar contradicciones.

Ese tipo de crítica, que parece extraordinariamente moral y regeneradora, en realidad ayuda a conservar el sistema sin introducir cambios que prevengan la reiteración de esas conductas. Cuando esa clase de actos reprensibles se generalizan, lo que falla es la regulación, no solo ciertas personas individuales.

Aplicando ese criterio al caso de nuestra Asamblea Regional, el Aparecido defenderá en el próximo Pasico que ni Miras es un cacique, ni Castillo un vendido, ni abundan los diputados carotas. O que, alternativamente, si las jeremiadas estuviesen en lo cierto, pero no se modificase ninguna norma, nada impediría que situaciones similares se repitiesen en la próxima legislatura. Habrá que detallarlo.

La cosa es bastante más básica que el surrealista escenario en el que nuestras instituciones se han visto asaltadas por una banda de ranas deglutiendo, una pandilla de golfos apandando, y una reata de celosos patriotas cobrando. La clave está en las normas. De hecho, nuestros diputados regionales se han limitado a seguir la letra y el espíritu de las leyes que regulan nuestra democracia. Puede parecer sorprendente, pero es así. Si el paseante quiere leer lo que nadie le ha dicho sobre la Asamblea Regional, lea el próximo Pasico

JR Medina Precioso

jrmedinaprecioso@gmail.com

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