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DIARIO DE UNA JUBILACIÓN  / OPINIÓN

¡De lo que siembras, recoges!

23/10/2022 - 

MURCIA. Mientras cotizas, adelantas una parte de lo que después te llegará en tu jubilación, esa que es más que probable que no lleguen a disfrutar nuestros hijos, ¡¡y no digamos nuestros nietos!!, pese al estupendo espíritu de la ley: recibes de lo que has anticipado. Sin embargo, no siempre de lo que se siembra se recoge, aunque estar conviviendo en esta sociedad con todos sus defectos compensa esas posibles pérdidas aportándonos la tan estimada seguridad que Maslow, en su pirámide de necesidades humanas describe, y que a todos tan bien nos viene.  

"Hay vida productiva, incluso después de jubilarte, si tú quieres"

Aludiendo al título de este artículo, una de las claves de la bien vivida jubilación —como constructiva, adecuada a tus necesidades y tu autoestima; en suma, satisfactoria por como la vives— consiste en las relaciones personales que uno ha logrado y sostenido durante toda su vida, tanto en el ámbito laboral como el personal. Contar con estas relaciones es imprescindible para mantener el equilibrio personal en buen estado, tanto en lo afectivo como en lo intelectual. Pero no basta con tener buenos amigos, congeniar con tu pareja si la hay o lo fácil que te resulta hablar con desconocidos; además es muy importante ponerse en paz con quienes tuviste algún desaguisado que, al menos para ti, fue significativo. Sí, me refiero a retomar, si es posible, aquel suceso que te dejó tan mal sabor de boca en aquella ocasión, y que sigues rumiando muy a tu pesar porque, el tiempo, en mi opinión y contradiciendo el refrán, "no lo cura todo", al menos por sí solo. Y si no fuese posible porque la persona que agraviaste ya no está, o no es receptiva pese a tus intentos, aprende a perdonarte y reanuda el querer de quien te quiso porque, con toda seguridad, siempre queda. Como la brasa que requiere un pequeño soplo para reavivar su brillo y calor.

Estamos de acuerdo en que las amistades, sea el grado que sea en el que se encuentran, son imprescindibles para sostener los afectos en estado óptimo, e incluso para escapar de la soledad en un momento determinado, esa que te da bocados, no la que tú buscas, sino la que tuviste que aprender a vivir en el enfrentamiento contigo, en el descubrir tu patente individualidad como unicidad, como ser irrepetible que eres desde que naciste —quizá antes, según los creyentes en la "transmigración de las almas" y la reencarnación —, que tanto subrayan los filósofos y literatos existencialistas como S. Kierkegaard, J.P. Sartre, F. Nietzsche, A. Camus, H. Hesse, F. Kafka, M. Unamuno, E. Sábato y tantos otros que nos ayudan a enfocar la vivencia de dicha soledad. Desde luego, escapar de la ella no te enseña a vivirla, eso lo tendrás que descubrir tú solito contigo mismo, hasta conciliarlo y aceptarlo como parte de tu propia naturaleza de Ser Humano. Pero además debes saber que tratar de escapar de ella no es más que aplazar lo ineludible, pues a mí me parece que es un requisito imprescindible de eso que se llama madurez

Sí, no siempre de lo que se siembra se recoge, pero coincidirás conmigo en que tienes más oportunidades de estar en paz contigo mismo si continúas aportando, por ejemplo, en la gratuidad que ahora la jubilación te permite, dando de ti lo que otros lo necesitan, tu saber por ejemplo, y esto no es incompatible con seguir facturando por tus enseñanzas y soluciones. Hay vida productiva, incluso después de jubilarte, si tú quieres.

Afortunadamente ya hay expertos para casi todo, que te pueden facilitar este tránsito.

Diego A. Yepes

Psicólogo Coach Acreditado

"40 años humanizando empresas"


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