CARTAGENA. Anse e Hidrogea han demostrado cómo una estación depuradora de aguas residuales es capaz de convertirse en hábitat de hasta treinta especies diferentes de aves en solo tres años. Su presentación se hizo durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP 25) el 'Proyecto Malvasía', que ha supuesto un enorme estímulo y una esperanza en la protección de la biodiversidad en las lagunas de la Estación Depuradora de Cabezo Beaza, en Cartagena con el objetivo de convertirla en una infraestructura verde.
Según indicaba Jorge Sánchez, biólogo de la asociación ecologista durante su ponencia "estas lagunas tienen un gran potencial y los resultados obtenidos en los últimos años superan a los que se han registrado en otras lagunas similares de la Región de Murcia".
Las lagunas de esta planta ocupan una superficie de 30 hectáreas, tienen entre tres y siete metros de profundidad y reciben los 35.000 metros cúbicos de agua al día que Hidrogea depura procedente de 200.000 habitantes del municipio de Cartagena.
Estas balsas artificiales se han convertido en el hábitat de más de treinta especies de aves acuáticas diferentes, entre ellas la malvasía cabeciblanca, que está en peligro de extinción. Por estas lagunas pasa el 7% de la población ibérica de esta especie y gracias a los trabajos de los últimos años se ha conseguido con sobrado éxito su reproducción. Para ello, se instalaron unas islas flotantes que permiten el nacimiento de nuevas polladas alejadas de los depredadores.
Hace tres años Hidrogea, encargada de la gestión de la planta depuradora, y Anse decidieron unir esfuerzos para el cuidado y conservación de estas aves acuáticas y desde entonces, tal y como explicaba el biólogo Jorge Sánchez, se ha logrado con espectacular éxito asegurar su reproducción. Pero además, ambas entidades trabajan con el objetivo de transformar esta depuradora en una infraestructura verde y en un ejemplo de economía circular, lo que les ha llevado a ser uno de los protagonistas de la COP25 como muestra de una buena práctica.
Jorge Sánchez siguió explicando que "el diseño de estas lagunas hacía muy complicada la nidificación de aves, que requieren orillas con vegetación, pues los taludes del embalse están cubiertos de grava sin apenas plantas. Este hecho impedía la nidificación de especies como la gallineta común, la focha común, los zampullines chicos o la malvasía cabeciblanca, una especie globalmente amenazada".
Para solucionar este problema Anse, de la mano de Hidrogea, realizó sucesivos prototipos de balsas con un diseño de gran tamaño, estabilidad y seguridad hasta alcanzar el que se adaptaba perfectamente a las necesidades de estas aves para su reproducción.
Además del trabajo con las aves acuáticas, el Proyecto Malvasía también incluye la plantación de especies de flora autóctonas en sustitución de las plantas invasivas, la colocación de nidos para murciélagos y actividades de difusión y seguimiento entre diferentes sectores de la población, como escolares y familias.
Más de cuarenta nuevas crías de malvasía
Por su parte, la consejera delegada de la empresa en la Región de Murcia, Inmaculada Serrano, explicó que "la gestión de la planta depuradora de Cabezo Beaza en Cartagena es un modelo a seguir, ya que todo el proceso que se desarrolla en el tratamiento de las aguas residuales busca la excelencia medioambiental. Toda la energía que se utiliza en la planta es renovable, tenemos residuos cero y el agua depurada se almacena en las balsas a la espera de que se la lleven los regantes de la zona para sus cosechas. Por tanto, esta planta es un ejemplo de economía circular”.
La primera isla flotante se instaló en 2017 y tras comprobarse la nidificación de la malvasía se amplió el número y tamaño de las islas colocándose dos más. En la actualidad hay 4 islas con vegetación.
Sánchez explicó los resultados del proyecto: "Algunos datos apuntan a una posible nidificación de la malvasía cabeciblanca en la EDAR de Cabezo Beaza en 2017, pero no fue hasta 2018 cuando se observaron y confirmaron cuatro polladas de malvasía cabeciblanca". Continúa explicando que "animados por los resultados obtenidos, se instalaron en 2019 dos nuevas islas de dimensiones aún mayores y con una mayor estabilidad que el modelo anterior. Durante la primavera de 2019 se contabilizaron 42 pollos de 11 polladas".
Este proyecto, que cumple con uno de los ODS de Naciones Unidas, en concreto el número 17 que habla de las alianzas para conseguir objetivos, es un caso de éxito ya que se ha conseguido un crecimiento exponencial de la población nidificante de malvasía.