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DIARIO DE UNA JUBILACIÓN / OPINIÓN

¿Dar o recibir para ser feliz?

30/10/2022 - 

MURCIA. Toda tu vida dando... ¿y ahora te limitas a recibir?

Veamos. Mientras estás en activo en tu vida laboral, a cambio de tus aportaciones productivas recibes unas contraprestaciones por las que continúas entregando tu talento y saber. Algunas son difíciles de cuantificar, como los reconocimientos por tus éxitos, nuevos aprendizajes, afectos, etc., pero lo que sí es medible fácilmente es, sin duda, la retribución dineraria, generalmente periodificada al mes. Además, en tu contabilidad personal de la Seguridad Social se va computando según tu cotización una parte dineraria "a futuro", de la que recibirás una proporción en tu jubilación cuya cuantía depende de la ley vigente en ese momento: Je, je.. ¡digamos que ahora te sostiene Papá Estado! Cierto es que no te regalan nada, ya lo anticipaste con creces, pero aun así, ¿de verdad que ya has dado todo cuanto te corresponde? ¿Te limitarás a tomar la tortillita diaria de pastillas para soportar los achaques de tu cuerpo y ver pasar los días?,  ¿a llevar a los nietos al cole, recoger el pan, tirar la basura, partidita de dominó... y ya está? ¿Nada más? ¿Para qué te sirve renunciar a cuanto has sido toda tu vida, con tus aciertos y errores, y, al menos en parte, puedes seguir siendo?

No te han regalado nada, pero dar por terminada tu "vida productiva" porque otros —la sociedad— decidieron que ya "no tienes nada más que decir" parece algo frustrante. ¿O tal vez no estás "retirado" del todo todavía?

"La felicidad tiene que ver con el saber dar y saber recibir"

Veamos. Está claro que al jubilarte, salvando las típicas ocupaciones domésticas, tienes casi todo el tiempo del mundo para ti; así que es una gran oportunidad de seguir siendo tú mismo, tan provechoso como siempre y más generoso que nunca, porque si algo requiere la generosidad para ofrecerse en todo su sentido, es decir, sin esperar nada a cambio, es que se ejerza con lo que tienes en abundancia. Y tú, ahora, tienes mucho tiempo. Otra cosa es cómo decidas distribuirlo, porque ten la seguridad de que si tú no te lo organizas, los de tu alrededor lo harán por ti, y probablemente sin preguntarte.

Jubilarse no significa que ya lo has hecho todo.

Viniste a la vida con un cuerpo diseñado para la interacción con el medio, en el que lo emocional, lo intelectual y lo espiritual aspiran a ser desarrollados buscando tu plenitud como Ser Humano. Sin embargo, en ese equilibrio en el que cada faceta se despliega sincronizada con las demás, y ojalá que sin prevalencia de ninguna, en esa armonía que nos cuesta toda una vida alcanzar y ni siquiera estamos seguros de lograrlo, reside eso que llamamos felicidad. No obstante, a mi parecer que ésta, la felicidad, no es más que la experiencia de momentos concretos en los que eres consciente de tu plenitud, de una gozosa sensación de comunión de tu yo más íntimo con cuanto te rodea sin que medie distinción alguna entre ambos; una pletórica sensación que te hace sonreír y entrecerrar los ojos, manteniendo suspensa la respiración por unos instantes. A veces sucede mientras disfrutas con otros en una hermosa complicidad; otras lo sientes íntimamente en tu soledad, la que tú buscas y has aprendido a vivir. Pero en todo caso, si alguien te pregunta con toda franqueza si eres feliz, echas un vistazo imaginario atrás y haces un "promedio estadístico" de los momentos vividos, a resultas del cual concluyes si lo eres o no, si ganan los momentos buenos o los menos buenos.

Sí, parece ser que esto de la felicidad, aunque tomemos conciencia de ella simplemente como la media, mediana y moda de los momentos vividos, tiene que ver tanto con el dar como con el recibir. O mejor, rectifico: con el saber dar y saber recibir.

Afortunadamente ya hay expertos para casi todo, que te pueden facilitar este tránsito.

Diego A. Yepes

Psicólogo Coach Acreditado

"40 años humanizando empresas"

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