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Esta Dana lo va a condicionar (casi) todo

4/11/2024 - 

Esta Dana, de consecuencias todavía incontables, lo va a condicionar (casi) todo en la Comunitat Valenciana. Por sus dimensiones, por su impacto en la población y en la economía y por la gestión del día después. Hablo desde la distancia; no estoy cerca de la zona cero, pero el impacto de las imágenes habla por sí solo y nos lleva a la siguiente pregunta. ¿Cómo ha podido suceder esto en pleno siglo XXI? Como ha dicho algún que otro testimonio, la pantanada de Tous fue minúscula (y entonces ya fue) al lado del drama con el que estamos asistiendo desde el miércoles.

No voy a entrar a enjuiciar la gestión de las emergencias desde el miércoles a primera hora. La sucesión de actos habla por sí sola. Pero la catástrofe lleva a algunas reflexiones que las administraciones deberán analizar, corregir, legislar y, sobre todo, aplicar y la sociedad asumir de ahora en adelante si no queremos ver este episodio repetido más veces. 

El primero, la gestión de las alertas. Cuando la Aemet declara un aviso rojo en una zona debe ser motivo suficiente para que la sociedad en su conjunto obedezca y no salga de su casa. El mensaje debería calar en las empresas: más vale sacrificar una jornada o una tarde que exponerse al riesgo al que se sometieron muchos trabajadores… Esta lección debería quedar grabada. Y la administración debe tener claro que la tiene que anunciar y pregonar con mucha antelación. Y aplicarse para que la ciudadanía la cumpla.

"la política debe actuar con rapidez y convencer. si no, le daremos otra oportunidad a los populismos"

El episodio se puede repetir. Los efectos del cambio climático son más que tangibles, por si todavía hay iluminados que creen que no (no quiero imaginar cómo hubiera sido esta crisis gestionada por un conseller/a de Vox negacionista). Pero el impacto se puede modular con las medidas preventivas y de restricción de la actividad. De haberse tomado a tiempo, estoy seguro de que el impacto en vidas personales no hubiera sido tan elevado. Y, posiblemente, también en muchos daños materiales. Y esa concepción de la prevención, repito, la debe tener la administración, la actividad económica y el ciudadano de a pie.

Ahora estamos en la fase de la gestión de la crisis humana. Incalculable en estos momentos. Deberán pasar semanas para ver el impacto en víctimas. Después vendrá la gestión de la reparación. Primero, las indemnizaciones de los seguros por los daños materiales. La reparación de las infraestructuras viarias y ferroviarias parece que ha comenzado. Y después están las causadas en el tejido productivo: polígonos, empresas, empresas…

Y ésta es la que lo va a condicionar todo en la Comunitat Valenciana. Porque la Dana ha impactado municipios del área metropolitana, muy condicionados por la actividad de la ciudad de Valencia y su entorno económico. Y toda esa red de comunicaciones ha saltado por los aires. Desde la línea del metro a las cercanías, pasando por el AVE Madrid-València y el by-pass. Casi la economía que conecta con el Mediterráneo norte, la meseta y el noroeste del país pasa por ese nudo. Y ese nudo ha quedado hecho unas trizas. 

Y todo ello va a condicionar inversiones y ayudas, que deben ser prioritarias para los afectados, para que puedan rehacer sus vidas, sus negocios y puedan poner al día sus empresas. Sin olvidar la revisión y puesta al día de la política territorial. Ya emergió este debate con la Dana de la Vega Baja, en 2019: entonces, el caudal del río Segura ya se encontró con muchos obstáculos, muchos más que en anteriores riadas (nuevas urbanizaciones, un cauce sin desviar del centro urbano, ramblas sin encauzar,…), que las hubo y volverán a darse. Pero antes de reprocharse las responsabilidades, que vendrán, que se tenga en cuenta lo hecho hasta ahora y lo que ha generado obstáculos al dicurrir del agua. Y en esto hay que tener dos cosas claras: los ríos deben ser seguros —el cauce del Turia lo ha demostrado; otros no tanto— y en caso de fenómenos extraordinarios, como ha sido el caso, medidas de prevención y antelación para minimizar daños.

Con lo sucedido, está claro que en muchas cosas hay que empezar de cero. Toca revisar, hacer y después examinar. E insisto, las prioridades han cambiado. La losa no es solo para l'Horta Sud, sino para toda la Comunitat Valenciana. Puede volver a ocurrir y en cualquier punto de la autonomía. Y ante este panorama, la política debe actuar con rapidez y convencer. De lo contrario, le daremos otra oportunidad a los populismos.

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