MURCIA. El Mar Menor es un paraíso natural no solo por su ubicación, sino también por las especies singulares que viven en él, creando una fauna y flora única de nuestra geografía y de toda Europa.
Una de ellas es el caballito de mar, una de las especies más conocidas y que ahora se encuentra en peligro de extinción. A pesar de pertenecer al grupo de peces, posee una variedad de rasgos que los hacen ser casi únicos en varios aspectos. Aquí te dejamos algunas de sus principales peculiaridades:
En los caballitos la responsabilidad de la reproducción recae sobre todo en los machos (si bien es la hembra la que produce los huevos), ya que, o lleva los huevos en una bolsa incubadora, o los lleva pegados al abdomen hasta el momento de la reproducción.
Son cazadores muy hambrientos que comen cualquier animal pequeño que pueda entrar en su estrecha boca. Requieren estar consumiendo alimento varias veces al día porque su sistema digestivo es muy simple, por lo que no hay un procesamiento eficiente de la comida.
El caballito de mar es lento y no puede recorrer grandes distancias, por lo que necesita camuflarse bien para cazar y protegerse de los peligros. Por eso, esta especie es experta en el arte del camuflaje, ya que se confunden con su hábitat mostrando apariencia de algas y plantas.
El caballito de mar tiene el cuerpo duro por unas placas óseas, lo que hace que no pueda nadar rápido. Por eso, prefiere quedarse la mayor parte del tiempo agarrado con su cola a corales, algas o plantas. Para la caza utilizan la técnica del acecho, ya que al ser malos nadadores, nunca persiguen a sus presas.
El caballito de mar vive en aguas saladas, cálidas o tropicales. La mayoría de ellos se encuentran cerca de la orilla, aunque algunos viven más lejos en el mar. Siempre están cerca de lugares donde puedan agarrarse, como pastos marinos, arrecifes de coral o algas.
El caballito de mar tiene placas óseas en vez de escamas y no tiene estómago para guardar comida, por lo que está succionando todo el tiempo pequeños animales que captura. Además, no tiene aletas, aunque sí cola que en ocasiones utiliza para sujetarse de la vegetación, dada su velocidad limitada.