DESDE EL FORO / OPINIÓN

Corrupción en caja fuerte

12/12/2019 - 

MADRID. La aparición de tres cajas fuertes con documentación relacionada con los manejos del gobierno socialista en Andalucía, para esconder de la fiscalidad pública el trato de favor que dispensaba a sus amigos, además de una mala noticia para la vicepresidenta en funciones del Gobierno, Carmen Calvo, que participaba, conocía y aprobaba tales manejos en su condición de consejera de aquella mafia, prueba que el PSOE, cuando gobierna, tiende a ser chapucero, opaco, desahogado en las formas y descarado en los fines.

Cuando Zapatero perdió las elecciones que se voy obligado a adelantar, después de que la Unión Europea le obligara a modificar el artículo 135 de la Constitución para tratar de embridar la desbocada deuda en que había incurrido para hacer brotar sus famosos “brotes verdes” (que verdes los habían segado), el gobierno de Mariano Rajoy, Navidades de 2011, encontró los cajones del poder nacional y autonómico llenos de facturas que los socialistas habían decidido, simplemente, guardar.

Hubo de recurrir el Gobierno popular al Mecanismo Extraordinario de Pago a Proveedores, porque las facturas ocultas no solo estaban disimulando la realidad del déficit que había alcanzado España, sino que estaba lastrando los negocios de quienes no cobraban y la economía española en su conjunto. Sin esa medida de Cristóbal Montoro, posiblemente muchos proveedores de las Administraciones Públicas, simplemente se hubieran quedado sin cobrar sus productos o servicios en aras de lo que algunos irresponsables responsables del escaqueo presentaban como “una cuestión meramente contable”.

Supongo que para Pedro Sánchez, que negocia su poltrona en la cara divisa del futuro de España con igual opacidad y secretismo que los gobiernos socialista andaluces sus favores, dádivas y regalías, éstas serán también una cuestión meramente contable, que no afecta a su gobierno en funciones, aunque su vicepresidenta y su ministra, nada menos que de Hacienda, fueran participes del desmán. Seguro que Ábalos nos lo explica muy bien.

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