MURCIA. Aunque guiarse por las apariencias es, a veces, injusto, no es menos cierto, que solo tenemos una oportunidad para generar una buena primera impresión. Cuando estábamos en la sabana, subidos a los árboles hace miles de años, teníamos que tomar decisiones rápidas. Cuando algún animal salvaje o algún congénere se acercaba a nosotros, con una ojeada debíamos decidir si era peligroso, y si venía en son de paz o no. El que no tenía bien afinada esta habilidad acababa devorado o apaleado. De ahí que los humanos de la actualidad seamos descendientes de aquellos ancestros que tenían esa destreza bien desarrollada o que simplemente eran desconfiados. La realidad actual es que tardamos menos de diez segundos en generar una primera impresión sobre una persona que acabamos de conocer.
"estás haciendo algo más que vestirte: Estás decidiendo qué vas a comunicar sin decir ni una palabra"
Cada mañana cuando te levantas y te plantas delante del armario y decides qué te vas a poner, estás haciendo algo más que vestirte. Estás decidiendo qué vas a comunicar sin decir ni una palabra. Tu vestimenta es importante en la comunicación no verbal. Pero la indumentaria no solo influye a las personas que nos ven, sino que también tiene influencia y poder sobre nosotros mismos. Si la primera impresión es la que cuenta, la ropa es una de las claves.
La psicóloga e investigadora Karen J. Pine pidió a un grupo de estudiantes de la HERTS que se pusieran una camiseta de Superman. Pine quería averiguar si la ropa con contenido heroico podría cambiar el pensamiento de los participantes. El resultado fue que cuando los estudiantes vestían la camiseta de Superman se apreciaban a sí mismos más agradables y superiores a otros estudiantes. Cuando se les preguntó cuánto peso calculaban que podían levantar físicamente, los que llevaban la indumentaria de superhéroe pensaban que eran más fuertes que aquellos que vestían una camiseta convencional.
Vestir de una determinada manera puede cambiar la percepción de quiénes somos, cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo nos ven. La ropa que utilizamos refleja nuestra identidad, aportar seguridad y confianza. Elegir una vestimenta inapropiada puede aportar desconfianza e inseguridad.
La ropa es una herramienta de comunicación que proyecta objetivos y valores a tus interlocutores, imagen pública, marca personal, y forma parte de una de las claves para el éxito profesional. Tu manera de vestir es capaz de aumentar tu autoestima, reflejar tu personalidad, hacerte sentir mejor, potencia tus fortalezas y disimula tus debilidades.
En un estudio del 2011 realizado en la universidad Saint Mary en Halifax, Canadá, sobre la opinión que tenían los alumnos sobre la vestimenta formal, semi-formal y casual de profesores llegaron a varias conclusiones:
Otra de las claves a tener en cuenta en nuestra manera de vestir es que nos suelen agradar más personas que tienen una mayor similitud con nosotros que los que no. Con esta idea en la cabeza, lo primero que debemos tener en cuenta es a qué tipo de evento vamos a asistir. Si vamos a un concierto de rock no debemos de ir en traje y corbata, al igual que si vamos a una conferencia sobre finanzas no debemos ir con tachuelas y ropa de cuero negra.
"No necesitas gastar demasiado dinero para tener un 'look' ganador"
No necesitas gastar demasiado dinero para tener un look ganador. Elije prendas que sean cómodas y que se ajusten bien a tu silueta. Llevar una camisa demasiado entallada, que parezca que va a saltar el botón, es tan contraproducente como llevarla dos tallas más grandes. Dicho esto, nos ponemos manos a la obra.
Azul, negro, verde oliva, gris o crema son los mejores colores si quieres sentirte exitoso, ya que demuestran seriedad, liderazgo, elegancia, seguridad, credibilidad y estabilidad. Esto te vendrá muy bien a la hora de buscar trabajo, hablar en público, asistir a eventos formales, pedir una hipoteca, etc. Cuesta imaginar a Steve Jobs haciendo sus presentaciones vestido de color amarillo canario.
Pero si lo que quieres es despertar pasión y comunicar fuerza, el rojo es tu aliado. No en vano, las señales de peligro o las ofertas que buscan llamar nuestra atención suelen ser de color rojo.
Para transmitir calma y serenidad, ciertas gamas del color verde son ideales. Esta es una de las razones por las cuales estar en naturaleza nos relaja.
Otro color que comunica calma y suavidad es el rosa. El púrpura es un color tradicionalmente asociado con la espiritualidad. Y los colores blancos transmiten pureza y sinceridad.
Así que si lo que queremos es que piensen que somos buenas personas, una buena opción es usar tonos blancos, que manifiestan sinceridad.
Si estamos en una entrevista de trabajo y necesitamos mostrar credibilidad y profesionalidad, elegiríamos colores azules.
Si nos interesa pasar inadvertidos, debemos vestir tonos grises o marrones, que aúnan a la confianza y discreción.
No existen colores "buenos o "malos", el color ideal depende de lo que quieras proyectar con él.
Las manchas, las arrugas, los agujeros, los hilos sueltos te hacen sentir inseguro y dejarán una mala impresión en las demás personas. El vestuario sin estampados, brillos o colores muy llamativos ayudará a que tu interlocutor se concentre en tu mensaje.
Con todas estas sugerencias, seguro que puedes elegir las prendas que más se adapten a tu personalidad y a lo que quieres transmitir.