LA VENTANA DE COLABORA MUJER RM / OPINIÓN

Cómo concilian las mujeres su vida personal y profesional

30/07/2020 - 

MURCIA. Ya el título invita a una extraña reflexión (es una ironía, obviamente). Leo algunos artículos de publicaciones muy sesudas que pretenden empoderar (quizá solo agradar) a la mujer media, del tipo: "Las mujeres podemos hacerlo todo", "A nosotras sólo nos cuesta un poco más", y otros más absurdos como "Las mujeres son mejores directivas" y banalidades por el estilo y me echo a temblar.

No dudo que en los años 80 fuera necesario cierto empuje para salir de las cocinas, y quien quisiera, en plan Armas de Mujer que por cierto me parece un mal traducido e insinuantemente descarado título con intención de entrever que las mujeres utilizamos la seducción para llegar a los puestos directivos, cuando el título original de la cinta es Chica Trabajadora -Working Girl-, a secas.

Pero no vengo a hablar de esto, sino de todo lo contrario. Hoy quiero proponerte una reflexión sobre la necesaria, natural y práctica dualidad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral.

En la naturaleza la realidad es siempre dual: noche y día, positivo y negativo, izquierda y derecha, buenos y malos… Y no existe la una sin la otra. Por tanto no se concibe el rol profesional masculino sin el femenino, ni desde el principio de los tiempos. Me explico.

Cuando las mujeres no estaban incorporadas plenamente al ámbito profesional, todos los méritos de los descubrimientos (con escasas excepciones como la pobre Madame Curie, y no estaba sola) se atribuían a hombres, ya que eran ellos los que pasaban todo el tiempo en los laboratorios y talleres, y no necesitaban permiso para trabajar.

Eso era posible porque la logística de esos hombres estaba cubierta, es decir, no se preocupaban de hacerse su comida, lavar su ropa, criar a sus hijos, y ellos podían dedicarse a descubrir cosas. La mujer en estos tiempos era su complemento perfecto, ya que sin su soporte no podían haberse dedicado a lo que les hizo famosos.

No hablamos aquí de dar medallas a las olvidadas, no me refiero a eso. Sino de que antes, la mujer era su necesario complemento a todo, al igual que ahora, sólo que con ciertas modificaciones.

En la actualidad y con la completa incorporación laboral de la mujer, y ahora que pretendemos (sí, pretendemos porque aún se nos resiste el 50%) ser iguales en derechos y deberes, y se echa de menos, por ejemplo, contar con más puestos directivos ocupados por mujeres, debemos trabajar juntos con la respetuosa idea que somos complementarios. Ni mejores ni peores en nada concreto, sí con estilos distintos.

El complemento que aportamos las mujeres a la organización es: atención al detalle, mayor implicación en todo el equipo, resolución de varias cosas a la vez, gestión de las emociones y mejor trato con las personas. Al igual que son necesarias las características que son propiamente masculinas en una empresa, como el rigor y la objetividad, mayor capacidad de trabajo técnico, son más prácticos y eliminan lo superfluo, mayor capacidad de concentración, etc.

Parece que la excusa de que haya un escaso 34% de mujeres en cargos directivos en España, frente al 66% de los cargos de mayor responsabilidad que son ocupados por hombres, se debe a que la mujer se enfrenta a tener que romper un antiguo paradigma en una "Antigua Realidad" en que la pregunta del título tiene sentido hacer.

En medio de estas dos realidades, se abre la brecha de género que es importante visualizar: damos erróneamente por sentado que el hombre mantiene la forma de vida antigua de tenerlo todo resuelto por una mujer, y a la vez suponemos que la mujer continúa ejerciendo las labores domésticas, como mi abuela que lavaba a mano las sábanas "porque se quedaban mejor". Señores, ni una cosa ni la otra.

Para mí, no existe separación entre la vida profesional y personal (la covid-19 nos ha puesto en nuestro sitio), ya que ambas forman parte de nuestro desarrollo personal y ambas son partes de un engranaje que encaja a la perfección con la vida personal y profesional (y espiritual, y física-deportiva y emocional y social, etc.). Ahora mismo, hombres y mujeres debemos formar parte del mismo equipo, ya que juntos somos más fuertes.

Y ya no hay separación porque, ¿quién no ha dado un curso de gestión de emociones en el trabajo? ¿Y contestar correos mientras das el pecho? ¿A qué ámbito pertenecen entonces? ¿Y que hay de los hombres que también piden conciliación?

La realidad que yo veo, y que ya existe, es la integración en un todo, hombre-mujer, laboral-personal, todo se complementa y se enriquece en el equilibrio adecuado.

La conciliación o integración es necesaria en ambos géneros, siempre y cuando vivamos en la 'Nueva Realidad', la que nos viene y que no es otra que el nuevo paradigma del nuevo mundo haciéndose cada vez más presente, y ahora de forma brusca, con este cambio en la energía mundial manifestado en forma de coronavirus.

Estamos ya en un mundo global, integrado y perfectamente comunicado, en el que todos (y todas) debemos colaborar creando sinergias que nos enriquezcan y nos desarrollen, en todos los ámbitos. Todo el que no se quiera tomar la pastilla roja, y no adapte su modo de pensar y de trabajar a este nuevo paradigma que ya está en marcha y se nos ha hecho presente, implacablemente estará fuera de esta 'Nueva Realidad'.

Laura García Sánchez 

Ingeniera en Telemática. Docente de Formación Profesional.

Especialista en Marketing Digital PNL

@LauraGarcia_IT

 Laura García Sánchez

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