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Comienza la temporada alta y los chiringuitos esperan lo peor: "No hay la gente que esperábamos"

2/07/2020 - 

CARTAGENA. Cerca de 50 han sido los propietarios de los chiringuitos de Cartagena -mayoritariamente en La Manga- que se han liado la manta a la cabeza para abrir sus bares este verano, a pesar de que las condiciones no son las más idóneas.

Tal y como ellos han ido destacando a lo largo de las últimas semanas, el estado de alarma, la pandemia, el confinamiento y las medidas de seguridad han retraído mucho la llegada de turistas de cara a un momento en el que la normalidad trata de hacerse un hueco, algo que están notando desde hace algunas semanas, ya que a comienzos de junio algunos ya tenían instalados sus chiringuitos por diferentes puntos de las playas cartageneras.

No obstante, dicen ser conscientes que ni hay tiempo suficiente para recuperar el dinero invertido ni, probablemente, turistas para sacar el trabajo adelante. "He tenido que montar, no he tenido remedio, todo deprisa y corriendo y vamos con la lengua fuera. Entre semana estamos sufriendo todos, no solo nosotros sino tambìén bares y restaurantes que están fuera de la playa ", dice Luciano Martínez, empresario con largo recorrido en el mundo de la hostelería y secretario de la asociación Achica (Asociación de Chiringuitos de Cartagena). 

"Los fines de semana solamente recibimos gente de la zona y alguno de Murcia. No han venido todos los turistas que nos podíamos imaginar y pensábamos que el 1 de julio llegarían muchos más a La Manga, pero todo lo contrario". Añade el empresario que "tan solo hay que ver cómo hoy, 1 de julio, está la playa. No hay nadie", explica con cierta dosis de decepción y enfado Luciano, el propietario del chiringuito Olokum, en la playa del Galúa.

Los chiringuiteros mantuvieron la negociación con el Ayuntamiento de Cartagena y pidieron la intermediación con Demarcación de Costas para tratar de obtener las mayores ventajas a la hora de iniciar su temporada. Solicitaban más espacio en la playa, debido a las restricciones y distancia de seguridad, poder celebrar conciertos en la arena y la ampliación excepcional de la autorización de explotación, que finaliza con carácter general en 2020, a la temporada 2021 y 2022, además de que se eliminasen las tasas de ocupación para aliviar sus maltrechas previsiones.

Encontraron respuesta a algunas de sus demandas, pero Costas no ha permitido ocupar ni un metro más de arena en la playa y el Ayuntamiento de Cartagena les ha liberado de un tanto por ciento de las tasas -hasta el 50%-, algo que para ellos sigue siendo insuficiente. Además, les da la posibilidad de mantener los chiringuitos hasta noviembre.

Con el verano en marcha, la paulatina llegada de turistas nacionales e internacionales los bares y restaurantes playeros se preparan para una campaña diferente, con demasiados inconvenientes previos, y que ya saben cómo ha arrancado pero que desconocen cómo evolucionará.

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