Los datos de flujos transfronterizos globales se han recuperado con fuerza desde la primera parte de la pandemia, tal y como explica el consultor
VALENCIA. La guerra de Ucrania ha dado lugar a una nueva ronda de predicciones sobre el el fin de la globalización , al igual que vimos al comienzo de la pandemia de Covid-19 . Sin embargo, y a pesar de lo que algunos dicen, los datos de flujos transfronterizos globales se han recuperado con fuerza desde la primera parte de la pandemia. Lo que se ha visto es una evidente resiliencia de la conectividad global (flujos comerciales, de capital, personas e información transfronterizos) durante la pandemia.
Los niveles récord de comercio internacional y los fuertes repuntes de la mayoría de los otros tipos de actividad internacional difícilmente respaldan la idea de que la guerra en Ucrania podría suponer otro golpe mortal para la globalización, ya bastante dañada por la pandemia, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y el Brexit. La guerra solo es otro evento para reorganizar el crecimiento de los flujos internacionales, pero nada parecido a una retirada a un mundo de economías nacionales autosuficientes como muchos anunciaban en pandemia.
No obstante, ¿podría la guerra tener un gran efecto en la geografía de los flujos internacionales? Sin duda, pero quizás debemos poner el ojo del análisis en China , y no tanto en Rusia. La mayor parte del comercio mundial y otros flujos, se produce entre países y regiones de distintos lados del conflicto.
A principios de marzo, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó una resolución condenando la invasión y exigiendo la retirada de las tropas rusas de Ucrania. Según el Stern Center de la New York University, los 141 países que votaron a favor de la resolución (más Taiwán realizaron entre ellos el 61 % del comercio mundial . La alta proporción de flujos internacionales entre este conjunto de países, que incluye a Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Japón y Corea del Sur, sugiere es que el conflicto en si mismo lo que está es remodelando la geografía de la globalización pero ni mucho menos destruyéndola.
Del otro 39% del comercio mundial que no fue entre países que votaron a favor de la resolución de la ONU condenando la invasión, la mayoría fue con China:
Mirando la globalización de manera más amplia, basada no solo en el comercio sino también en el capital, la información y los flujos de personas, los patrones son bastante similares, China lidera de largo los flujos entre los países que no apoyaron la resolución de la ONU.
Estos datos destacan el papel fundamental del gigante asiático en la medida en que la geografía de la globalización cambiará en el futuro de la misma manera que lo estaba haciendo antes de la pandemia. Las relaciones entre China y sus rivales geopolíticos se han estado deteriorando durante varios años, y es probable que la guerra acelere esa tendencia.
Hay dos marcadores importantes a los que prestar atención a su evolución:
El escenario gradual de momento es mucho más probable, pero la guerra en Ucrania y la aun no superada pandemia ,ponen de manifiesto lo rápido que algunos países individualmente pueden desconectarse de sus flujos y aliados tradicionales frente a amenazas extremas.
A medida que las empresas contemplan ajustes en sus estrategias globales es importante reconocer cuánta continuidad aún hay incluso en un período de cambios desgarradores. La idea de un mundo donde solo la eficiencia económica impulsa los patrones de los flujos internacionales siempre ha sido un mito.
La globalización siempre ha sido un proceso desigual e imperfecto, con continuas diferencias entre países y conflictos internacionales que reducen pero sobre todo reordenan significativamente los flujos internacionales. Esa es una gran parte de por qué, incluso antes de la crisis actual, solo alrededor del 20% de la producción económica mundial terminó en un país diferente de donde se produjo.
El crecimiento y el alcance geográfico de los flujos internacionales pueden aumentar y disminuir con el tiempo, pero los impulsores y tractores esenciales del éxito en la estrategia global permanecen sin cambios. Las similitudes y diferencias entre países definen el panorama para la creación de valor internacional , y el principal valor del estratega global es saber navegar por las oportunidades y amenazas que presentan tanto los puentes como las barreras entre los mercados. A medida que cambia el panorama, las estrategias globales deben actualizarse, pero los verdaderos lideres y actores deben evitar las reacciones exageradas costosas que tienden a seguir a los principales impactos de la globalización.
Ignacio González Ochoa es socio director de AVD Consultores
Es poco probable que la globalización siga una progresión lineal hacia una aceleración o un retroceso, por lo que un escenario híbrido sea más evidente