CARTAGENA. A nadie le extraña ya que las calles del centro de Cartagena sean testigo del enorme crecimiento de turismo extranjero en los últimos años, fruto de la gran afluencia de cruceros que arriban a las costas de la ciudad portuaria. El crecimiento en este sector es superior al 25% cada año, por lo que según las previsiones este año serán cerca de 240.000 visitantes y 165 los buques que acudan puntuales a su cita a Cartagena.
Pero en los últimos años, y a pesar de que el puerto se ha convertido en el octavo con mayor asistencia de turistas de crucero en España, se ha planteado también la posibilidad de convertirlo en puerto base o puerto home, como se suele llamar en estos casos. Los estudios económicos que se han hecho al respecto indican que un turista de crucero suele gastar de media de entre 30 y 50 euros -dependiendo del puerto-, pero esta cantidad se multiplicada por cinco en el caso de que el puerto sea salida o llegada del viaje.
Son muy pocos los cruceros que hacen noche en la ciudad y muchos menos los que lo convierten en punto de salida o llegada. En el sector hablan de un factor que al final se convierte en determinante para estudiar la posibilidad o desecharla de inmediato y se llama ‘masa crítica’. La misma valora aspectos como ámbito de influencia del puerto en cuestión, servicios de hotelería, hostelería y comunicaciones (AVE, aeropuerto).
El presidente de MSC Cruceros en España, Emiliano González, señalaba meses atrás, durante la celebración de una jornada de cruceros premium en Cartagena, que la apuesta, tanto de la ciudad como del puerto, debe ser por las escalas de cruceros porque apostar por convertirse en puerto base para el embarque de cruceristas es “muy arriesgado. No basta con tener infraestructuras, hay que tener una población muy elevada", de ahí que tenga muy claro cuál debe ser el trabajo y el impulso del puerto de Cartagena y "dejar los titulares para otros estamentos".
El grupo turístico Pullmantur estudiaba las opciones para volver a confiar en Alicante como punto de salida de algunos de sus recorridos por el Mediterráneo. La capital alicantina se encuentra en estos momentos muy por debajo de las cifras de visitas de cruceristas respecto a Cartagena -cuatro mil visitantes en agosto frente a los 29.000 de Cartagena- y busque alternativas para paliar este déficit. La responsable de Estrategia de la compañía, Marisol de la Cuadra admitió que durante "las pruebas" que se llevaron a cabo en 2016 y 2017 en Alicante "no conseguimos los resultados esperados", algo que hay que hacer extensivo a Cartagena.
"Si las compañías hubieran visto que este tipo de negocio es posible, lo habrían puesto en marcha hace tiempo", esgrimen fuentes de la Autoridad Portuaria, que siguen insistiendo que hay tanta oferta alrededor -Valencia, Málaga o Barcelona-, que el mercado "está muy manido".
Mientras tanto, la ciudad sigue acogiendo a un gran número de cruceristas, que no pararán tampoco en los meses de noviembre y diciembre. Estos meses, denominados como 'valle' por el descenso en el número de barcos que llegan, no deja de ser fructífero ya que es la primera vez que no se cumple la estacionalidad y habrá visitantes de cruceros hasta finales de diciembre.
Treinta son las grandes embarcaciones que llegaron a puerto en octubre, la más numerosa junto a mayo, mientras que para los dos últimos meses del año hay prevista la visita de 15 barcos en noviembre y seis en diciembre, uno de ellos, el Aidamar, el día de Navidad.