CARTAGENA. Los autobuses interurbanos que transitan por Cartagena serán los primeros en experimentar el funcionamiento de sus motores con los biocombustibles, a base de aceites usados, que elabora Repsol en su refinería de Cartagena. La consejería de Fomento e Infraestructuras ha firmado un convenio con la empresa multienergética para llevar a cabo esta experiencia piloto en algunas de las líneas de Cartagena.
El objetivo es reducir en un 90% la emisión de CO2 a la atmósfera y en este primer paso se estudiará el impacto tanto medioambiental como económico, para que, en el caso de que sea positivo, se pueda trasladar a toda la flota de Movibús de la Región. Recordemos que desde el pasado, la Comunidad Autónoma iniciaba el proceso de renovación integral del sistema de autobuses interurbanos de la Región de Murcia, implantando un nuevo modelo de movilidad en transporte público, denominado Movibus.
"Si es satisfactoria, operaremos con ellos para toda la Región", explicaba José Ramón Díez de Revenga, consejero de Infraestructuras, durante la firma del convenio firmado con José Barreiro, director ejecutivo de Movilidad Iberia de Repsol.
Movibús es una "nueva forma de transporte, 100% digital, sostenible y descarbonizado", en palabras de Díez de Revenga "y es importante estar conectados con proyectos innovadores y con tecnología capaz de reducir las emisiones. Es un lujo colaborar con Repsol para desarrollar este proyecto pionero en España".
En cuanto al precio del litro de combustible, dicen tanto Díez de Revenga como Barreiro que es pronto para anunciarlo, ya que están inmersos en un mercado muy cambiante, pero el consejero no descartó la posibilidad de que el mismo fuera subvencionado, en parte, para Movibús. También descartó que la inclusión de los biocombustibles encarezca el precio del billete de autobús.
Barreiro explicaba, por su parte, que dentro de la política de Repsol de alcanzar las cero emisiones en 2050, también lo está la de ofrecer a sus clientes una oferta "multienergética y transformar nuestros centros en polos multienergéticos que tengan cero huella de carbono". Barreiro, ha añadido que este acuerdo “afianza, una vez más, la apuesta de la compañía por Cartagena y la Región de Murcia” y supone “un ejemplo de la necesaria colaboración público-privada para avanzar hacia una transición justa y ordenada”.
En cuanto al hidrógeno, la compañía multienergética ha manifestado su ambición de liderar el mercado de hidrógeno renovable en la Península Ibérica y ocupar una posición relevante en Europa, con presencia en toda la cadena de valor. Repsol cuenta con una estrategia propia de hidrógeno renovable y ha anunciado la construcción de grandes electrolizadores, como el que se ha proyectado en Cartagena con una capacidad de 100 MW, y la instalación de doce hidrogeneras en 2025.
Asimismo, Repsol está trabajando en un ambicioso plan de despliegue de puntos públicos de recarga eléctrica en el país y ya cuenta con más de 1.200 puntos públicos instalados, de los cuales, más de 500 están operativos. Todos los puntos de recarga eléctrica de Repsol tienen la garantía de que el origen de la electricidad es 100% renovable.
Además, ambas entidades colaborarán en el fomento y desarrollo de proyectos de innovación en materia de movilidad, planificación y gestión inteligente del transporte, sostenibilidad energética, accesibilidad universal, así como actividades de formación en materia de transporte público y movilidad sostenible, y cuantas otras actuaciones se consideren de interés común.
La compañía está construyendo en su complejo industrial de Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de España. Las nuevas unidades, que suponen una inversión de 200 millones de euros, se pondrán en marcha en el segundo semestre de este año y permitirán producir biocombustibles de segunda generación y avanzados a partir de diferentes tipos de residuos, como aceites de cocina usados y otros procedentes de la industria agroalimentaria.
Estos biocombustibles son una solución sostenible para todos los segmentos de la movilidad, especialmente para aquellos que, en la actualidad, no tienen otra alternativa para descarbonizar su actividad, como el transporte marítimo, de larga distancia por carretera o la aviación. Además, pueden reducir las emisiones netas de CO2 hasta un 90% en comparación con los combustibles tradicionales a los que sustituyen, tal y como ha verificado ControlUnion, una consultora independiente acreditada por organismos nacionales e internacionales.
Repsol, con este proyecto, y utilizando la economía circular como palanca de transformación, consigue dar una segunda vida a residuos que de otro modo acabarían en un vertedero para transformarlos en productos de alto valor añadido, y pone a disposición de la sociedad un biocombustible que se podrá usar sin necesidad de modificar los motores actuales, aprovechando la infraestructura actual, utilizando la tecnología disponible hoy en día y la flota actual de vehículos. La planta procesará 300.000 toneladas anuales de residuos lipídicos para la producción de hasta 250.000 toneladas anuales de biocombustibles avanzados para el sector del transporte.
Este proyecto se suma a otros que ya tiene en marcha el complejo industrial de Repsol en Cartagena como la construcción de una planta de hidrógeno renovable para descarbonizar las industrias de Valle de Escombreras.
La iniciativa, que cuenta con un presupuesto superior a 215 millones de euros, se está gestionando a través de un consorcio que lidera Repsol, y del que forman parte Enagás Renovable y Engie. La nueva planta, que tendrá una capacidad de 100 MW en su primera fase, se prevé poner en marcha en 2025 y evitará la emisión a la atmósfera de más de 167.000 toneladas anuales de CO2. El electrolizador, que ha sido calificado por la Comisión Europea como proyecto ‘Estratégico y de Interés Común Europeo’, contribuirá a la disminución del consumo de gas natural que utiliza la industria actualmente y, por tanto, a la consecución del objetivo marcado por la Comisión Europea de disminuir la dependencia energética del exterior.