CARTAGENA. Cartagena se ha unido a Barcelona, Valencia y Palma en una red gastronómica mediterránea conocida como "Culinary Med Cities", según ha anunciado la concejal de Turismo y Consumo, Belén Romero.
Se trata de una oferta turística gastronómica "experiencial, singular y de gran valor, en base a los atributos y valores culinarios comunes y particulares de las ciudades del Mediterráneo, proponiendo vivencias memorables en torno la gastronomía, que permitan seducir, atraer y fidelizar visitantes interesados en conocer, experimentar, conectar y comprender la cultura gastronómica mediterránea".
El plan de trabajo fijado se centra en crear una oferta que resulte novedosa por su singularidad, en la que se propongan vivencias con un foco comercial y divulgativo.
El objetivo de que la experiencia gastronómica "no sea solo ir a comer, por ejemplo, gambas, sino que suponga aprender desde la pesca hasta el plato, con talleres, encuentros, maridajes, o cualquier experiencia que tenga que ver con el origen del producto hasta la mesa", ha dicho Romero.
Así, esta red ha presentado una propuesta a la convocatoria del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo sobre 'Experiencias Turísticas', que persigue "mejorar la sostenibilidad de las experiencias turísticas en la dimensión ambiental, social y económica", basada en la gastronomía mediterránea, con un proyecto por valor de 667.000 euros que sería gestionado entre las 4 ciudades que forman esta red Culinary Med Cities.
Con este proyecto en agrupación se impulsará una red de ciudades gastronómicas mediterráneas que permita fomentar el trabajo conjunto de estas ciudades unidas por el valor de la Dieta Mediterránea y el estilo de vida, lo que sin duda contribuirá a mejorar la competitividad de estas ciudades como destinos gastronómicos y a integrar todas las propuestas de consumo experiencial en un proyecto conjunto.
La Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 2010, estimula la producción y consumo locales, fomenta una agricultura respetuosa con el medio ambiente y promueve los intercambios e iniciativas regionales, contribuyendo así a la revitalización económica, social y sostenible de las comunidades ribereñas del Mediterráneo, representando un sello de autenticidad, calidad y salud, legítimo y de la máxima importancia en el contexto actual de globalización e internacionalización de los mercados, añade la fuente.