Soy un ciudadano español, que amo a mi país, España; que amo la vida y a mi familia. Estoy muy preocupado por la situación sanitaria que estamos viviendo en España y en el mundo, apenas me quedan un par de años para jubilarme, también me preocupa mi futuro económico y el de mi esposa. Pasaré a ser dependiente de mí pensión, esa que todos los meses durante 41 años he ido ingresando en la caja de la Seguridad Social, para pagarle a esa generación que me antecede, lo cual me parece bien. Lo que ya no me parece tan bien es cómo han gestionado esta caja su Gobierno y los anteriores, con escaso rigor, permitiendo su expolio a través de privilegios a personas que se han jubilado antes de cumplir los 65 años pertenecientes a empresas privadas y públicas. Ahora me tocarán a mí sus recortes, por supuesto minorando la cuantía de la misma. Yo, toda la vida pensando en cumplir algunos sueños cuando me jubile, y veremos si me queda para comer. Las consecuencias económicas que está provocando esta pandemia, son imprevisibles, seguirá destruyendo el tejido empresarial, el empleo, el sustento y la ilusión de muchas familias.
He seguido con atención muchas de sus comparecencias públicas, sobre todo a través de la televisión pública, sorprendido por la duración de sus discursos tratando de explicar a los españoles de forma poco didáctica los procesos en marcha, largos discursos de difícil comprensión y escaso contenido, sin transmitir el más mínimo calor humano, tan necesitado en este momento en el que muchos ciudadanos están perdiendo a sus seres queridos, en muchos casos por no haber diseñado una estrategia adecuada. Escucho su mensaje, miro a mi alrededor y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Es que usted no se da cuenta de que su ideal social es destructivo. Parece una maldición que está destruyendo todo el esfuerzo y sacrificio de varias generaciones. Vivimos una época de crisis moral, donde ustedes los políticos utilizan la perversión del lenguaje para inventar una realidad que solo ven ustedes, muy alejada del bien común. Están empeñados en mantenerse en el poder a toda costa, utilizando la confrontación ideológica, en el y tú más, incapacitados para ver la viga en ojo propio, y capacitados, para ver la paja en ojo ajeno, sin confrontar la realidad para ponerle solución a los problemas reales de los españoles.
El corporativismo político del que usted hace gala es sectario y peligroso, comportamiento que no es propio de un líder del siglo XXI (un líder del siglo XXI lo primero que hace es acompañarse por un buen equipo, a ser posible con los mejores profesionales) se rodea de las personas más capacitadas, verdaderos líderes en su materia, normalmente estas personas suelen presentar como características principales la sabiduría, la humildad y la independencia de acuerdo con su conciencia, o código ético, a los que son fieles, que es la que les muestra el camino a seguir, cualidades reñidas con el ámbito político actual, sobre todo en España, por su estructura vertical. Prefieren a estómagos agradecidos, sí guanas para apretar el botón en el Congreso a pulso de mandato vertical.
Permítame recordarle que España no está destruida, simplemente es la salud de algunos españoles. Su economía, la estructura productiva, está intacta. Esto no es una guerra en la que los proyectiles destrozan fábricas e infraestructuras. Se ha interrumpido gran parte de la producción de bienes y servicios por el confinamiento, eso sí. Hemos tenido algunas bajas muy valiosas en recursos humanos sobre todo para sus familias que los han perdido para siempre, ahora le toca a usted movilizar liquidez para dinamizar la demanda y que esas fábricas de bienes y servicios se pongan en marcha y el flujo económico de nuestro libre mercado fluya para que la economía cumpla su función social. Mal lo tenemos por la inmensa deuda en la que ustedes y otros partidos han sumido al país en las últimas décadas. Pensando, esto me retrotrae a mi niñez, cuando nos juntábamos los amigos para jugar al futbol y hacíamos el rito para ver quien pedía primero (el rito consiste en que cabe o no cabe, los que lo han ejecutado, saben a qué me refiero). Pues pensándolo bien, jamás habríamos pedido a ninguno de ustedes, son muy malos. En cuanto al Comité de Gestión Técnica del Coronavirus y la Comisión para la Reconstrucción de España, permítame recordarle que hay muchos españoles trabajando en España y fuera de ella, con más méritos profesionales que los que usted ha elegido. Pongo como ejemplos al doctor Adolfo García-Sastre, investigador español, catedrático de medicina y microbiología, codirector del Global Healt and Emerging Phatogens Institute y del Icahn School of Medicine at Mont Sinai en Nueva York. Cito también al doctor Valentín Fuster Carulla, cardiólogo español afincado en Estados Unidos, profesor de la universidad de Harvard, miembro destacado en el Hospital Monte Sinai, presidente de la Asociación Mundial de Cardiología, Premio Príncipe de Asturias de Investigación, Ciencia y Técnica en 1996.
Yo me pregunto cómo es posible que usted como presidente del Gobierno de España pueda contar con la sabiduría y humildad del nivel y excelencia de estos profesionales y mejores personas, y no lo haga. Estoy convencido de que lo harían de forma altruista. No tenemos referencias del uso de los mismos por su parte. No puedo entender cómo no se hace uso de estas eminencias, excelentes recursos que nos ayudarían a todos y nos tranquilizarían al estar en sus manos. Por el contrario, usted recurre a otros profesionales que no llegan a este nivel de excelencia, y crea en nosotros inseguridad, desasosiego y preocupación.
Convendrá conmigo que en este aspecto debe haber un cambio de paradigma, para utilizar siempre a los mejores profesionales, para así servir mejor a los españoles.
Porque, claro que es manifiestamente mejorable la plantilla que usted ha designado para jugar este torneo. Hablando en símil futbolístico, no llegará a octavos. La Comisión para la Reconstrucción de España, desgraciadamente no reconstruirá nada. Haga usted partícipe a la sociedad civil -como le he expuesto anteriormente- en economía, entiéndase por economía real, el segmento de pymes, micropymes y autónomos junto con las personas que trabajan en las mismas, que son más del 90% del tejido empresarial español, muy importante que usted aprenda esto. En España hay líderes que dirigen multinacionales, empresas familiares relevantes. Usted ha debido pensar en esto antes de hacer los fichajes para el Comité de Reconstrucción, personas con capacidades y habilidades excelentes para conseguir el fin propuesto, no los que usted ha nombrado a la ligera, que serán capaces de hacer informes de recomendaciones interminables e inteligibles, como suelen hacer ustedes los políticos, pero sin embargo no servirán para solucionar nada, solo para crear más gasto.
Mire sr. presidente, esto parece la película del Gatopardo, que cambie todo para que nada cambie. España y los españoles, no le quepa duda, se merecen algo mejor.
Antonio Pérez Riquelme es director comercial de Cristalería Jorma